Los familiares de los 43 estudiantes de magisterio rechazan la hipótesis de la Fiscalía, que sostiene que los jóvenes fueron asesinados por miembros del grupo Guerreros Unidos, que quemaron sus cuerpos en un basurero del municipio de Cocula y después tiraron su cenizas al río San Juan. También el informe que divulgó el EAAF pone en cuestión algunos puntos de esa investigación y expone “irregularidades” y “problemas”.

Los técnicos del EAAF trabajaron en este caso como expertos independientes, a pedido de los familiares y en conjunto con Procuraduría General de la República (PGR). Sin embargo, advierten que no estuvieron presentes cuando se abrió una bolsa con fragmentos óseos, que según la PGR fue encontrada en el río San Juan el 29 de octubre. El equipo sostiene que cuando llegaron al lugar,peritos de la PGR ya la analizaban y que “un número importante de fragmentos, aparentemente provenientes de esa bolsa, se encontraban ya expuestos sobre una lona”. Entre esos fragmentos estaba el que fue analizado y condujo a la identificación del ADN del estudiante Alexander Mora. Los antropólogos lo reconocieron porque era “una pieza menos quemada y de mayor tamaño que las demás”.

También en el vertedero de basura de Cocula se recogieron pruebas -de balística, tierra y otros elementos- sin la presencia del EAAF. En ese basurero, además, según denunció el equipo, no se mantuvo una vigilancia para preservar las evidencias.

El documento informa también que a la Universidad de Medicina de Innsbruck, en Austria, a la que se encargó identificar los restos, se enviaron perfiles genéticos, algunos elaborados por el EAAF y otros por la PGR. Según el informe, esta institución mexicana envió perfiles genéticos de 134 familiares de los 43 estudiantes y el equipo argentino envió 135 perfiles, “agregando un familiar adicional”. Sin embargo, al comparar los dos envíos, el laboratorio “notó diferencias en 20 de los 134 perfiles genéticos”, algo que no es usual. Aclara que estas diferencias no se registraron en el caso de los familiares de Mora, el único estudiante que fue identificado.

El equipo pidió explicaciones a las autoridades y la “Coordinación de Servicios Periciales de la PGR reconoció que estas diferencias entre los perfiles de la PGR y los del EAAF enviados al laboratorio de Innsbruck eran todos errores del laboratorio de la PGR”.

Por otra parte, el EAAF cuestiona en su informe que la PGR haya interpretado que la evidencia recolectada en el basurero de Cocula corresponde a un solo fuego, fechado en la noche del 26 al 27 de setiembre, y señala que distintas imágenes satelitales muestran que hubo varios fuegos en el lugar en distintas fechas. Esta lectura de la Fiscalía llevó a que se tomaran como evidencia de este caso elementos que pueden corresponder a otros, agrega el EAAF.

Allí se encontró, por ejemplo, una prótesis dental con un fragmento óseo que, según las entrevistas que el EAAF mantuvo con familiares de los estudiantes, no corresponde a ninguno de ellos. Esto indica que se pudo haber recogido una prueba que no tiene que ver con el caso y “sugiere fuertemente la posibilidad” de que en el basurero haya “restos humanos que no pertenecen a los normalistas”.

“El EAAF desea manifestar que esto no excluye la posibilidad de que algunos de los normalistas haya corrido la suerte señalada por la PGR. Al mismo tiempo, hasta el momento, el EAAF no tiene evidencia científica para establecer que, en el basurero de Cocula, existan restos humanos que correspondan a los normalistas”, concluye. El equipo agrega que la investigación no debe cerrarse, porque el EAAF todavía trabaja en procesar evidencia, al igual que la PGR, y esta taera puede tomar varios meses.

Además, advierte que “la evidencia física debe ser interpretada en todas sus posibilidades, sin dar preferencia a aquellas interpretaciones que sólo incluyen una posible coincidencia con los testimonios de los imputados”, y reclama que peritos independientes evalúen los problemas que se detectaron en la investigación.