El gobierno chileno declaró el estado de alerta roja en el sur del país, en la región de La Araucanía, después de que en la madrugada de ayer entrara en erupción el volcán Villarrica. La emergencia generó que 3.500 personas fueran evacuadas y que 45 familias quedaran aisladas por la caída de dos puentes. A estas familias, que están fuera de peligro, el gobierno les envió alimentos por vía aérea.

La presidenta Michelle Bachelet convocó una reunión del comité de emergencia en la que se decidió declarar el estado de alerta roja en un radio de diez kilómetros en torno al volcán, que se mantendría al menos hasta la mañana de hoy.

La erupción arrojó una columna de lava de un kilómetro y una de humo de tres kilómetros de altura, y alcanzó un grado 2 en el Índice de Explosividad Volcánica, que tiene una escala del 1 al 8 en la que cada grado significa que la erupción es diez veces más potente que el anterior. La lava que salió del volcán derritió la nieve a su paso, generando un aumento del caudal de varios ríos, que se desbordaron.

Tras esa primera erupción el volcán continuó con una erupción débil e intermitente de cenizas y, en menor medida, de lava.

Bachelet, que dio una conferencia de prensa para informar sobre esta situación antes de viajar a la zona, dijo que la actividad del volcán se redujo, pero advirtió: “Los volcanes son impredecibles, puede volver a producirse una erupción importante”.