El técnico informático Diego Lagomarsino, que trabajaba para el fiscal Alberto Nisman y está imputado por haberle entregado el arma de la que salió el disparo que terminó con la vida del jurista, envió ayer un escrito a la fiscal Viviana Fein, que se encarga de la causa por la muerte del fiscal.

El abogado de Lagomarsino, Maximiliano Rusconi, había anunciado que su defendido haría dos revelaciones acerca de Nisman, que no había hecho antes para no brindar elementos que pudieran servir para perjudicar al fallecido fiscal.

La primera revelación es que él era el apoderado de Nisman, en una cuenta que el fiscal tenía en el banco estadounidense Merril Lynch, cuya titularidad compartía con su hermana y su madre, Sandra Nisman y Sara Garfunkel, respectivamente.

La segunda revelación, informó el diario Página 12, que tuvo acceso al escrito, es que Nisman se quedaba todos los meses con la mitad del sueldo de Lagomarsino, que era de 41.000 pesos argentinos. “Todos los meses, Lagomarsino cobraba los 41.000 pesos del contrato firmado por Nisman y concurría de inmediato a un banco a depositar 20.000 pesos en una cuenta del fiscal”, indica el escrito. Desde un comienzo, la cifra que cobraba Lagomarsino fue considerada exagerada: era el sueldo técnico más alto dentro de la Unidad Especial de la Causa AMIA.

Rusconi indicó que su defendido no quería dar a conocer esta información porque pone en una situación incómoda al fallecido fiscal, pero señaló que tuvieron que hacerlo como respuesta a las acusaciones de la ex mujer de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, quien como querellante en la causa, ha acusado a Lagomarsino de haber asesinado a Nisman por motivos económicos.

Tras conocerse esta información, el jefe de gabinete, Aníbal Fernández, dijo que Nisman era un “sinvergüenza” y lo acusó de desviar fondos públicos: “Se le dieron muchos fondos para que esclarezca el caso AMIA y ver quiénes eran los responsables del atentado a la AMIA, y él los dedicaba a salir con minas y pagar ñoquis”.