El presidente ruso, Vladimir Putin, condecoró ayer “por servicios a la Patria” al diputado Andrei Lugovoi, que para la Justicia británica es el principal sospechoso del asesinato del ex espía ruso Alexander Litvinenko, envenenado con polonio radiactivo. Litvinenko, opositor a Putin, vivía refugiado en Londres y aseguraba que los servicios secretos rusos lo perseguían. Murió en noviembre de 2006 en un hospital de la capital británica. Los síntomas de envenenamiento habían aparecido el día en que se reunió con Lugovoi y otro ciudadano ruso, Dmitri Kovtun.

En 2002 Litvinenko acusó a los servicios secretos rusos de haber atacado dos edificios de viviendas en Moscú en 1999, acto que fue atribuido por el gobierno ruso a terroristas originarios de Chechenia. En una carta conocida después de su muerte, aseguró que Moscú lo asesinó por esa denuncia.

Lugovoi, que fue agente secreto y ahora es diputado, fue reconocido por Putin por su “gran contribución al desarrollo del parlamentarismo ruso y su actividad legislativa”.

Putin también condecoró ayer al gobernante checheno Ramzan Kadirov por su “trabajo exitoso, su actividad social y sus muchos años de servicio honesto por el bien del Estado”. Kadirov, que fue nombrado en 2007 por Putin, es acusado de gobernar con extrema dureza Chechenia, donde los movimientos independentistas siempre fueron muy fuertes. Según informó la agencia de noticias Efe, el vocero de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, aclaró que fue por coincidencia que Kadirov fue premiado un día después de la detención de cinco sospechosos del asesinato del opositor Boris Nemtsov, todos ellos chechenos, y el mismo día que Lugovoi.

Uno de los detenidos por ese asesinato, Zaur Dadáev, confesó el crimen y dijo que mató a Nemtsov por sus críticas al Islam y su apoyo al semanario francés Charlie Hebdo. Sin embargo, un aliado de Nemtsov, Ilya Yashin, dijo a la BBC que no cree en esa hipótesis y que el dirigente asesinado no se había destacado como crítico del islamismo sino de Putin.