El desenlace de la última jornada de negociaciones en busca de un acuerdo político con Irán todavía parecía incierto ayer. Representantes de Irán, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China participan en sesiones de negociación maratónicas desde hace días, con el objetivo de cumplir con el plazo que vence esta noche. El objetivo es lograr un preacuerdo político, que daría paso a un período de 90 días durante el que deberán resolverse los detalles técnicos de la implementación del acuerdo, que tendría que ponerse en marcha antes del 30 de junio.

Ayer se reunieron en Lausanne los cancilleres de los siete países participantes, hasta que a mitad de la mañana de Suiza, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, que había llegado el domingo de noche, se fue rumbo a Moscú, donde tenía una reunión. Dijo que regresará a Lausanne “probablemente”, pero sólo si hay indicios suficientes de que se pueda alcanzar un acuerdo. Hasta entonces dejó a otro funcionario al frente. De acuerdo con la agencia de noticias AFP, consultado por la prensa el domingo sobre su optimismo respecto de las negociaciones respondió: “No me pagan para ser optimista”.

Los países occidentales que negocian con el gobierno iraní sospechan que éste puede estar desarrollando un programa nuclear militar o que pueda hacerlo en el futuro, mientras que Irán busca aliviar las sanciones impuestas por Naciones Unidas desde 2006, que ahogan su economía.

Desde la noche del domingo surgió un desacuerdo que se había dado por resuelto acerca de si Irán aceptará exportar su uranio enriquecido. Los países europeos y Estados Unidos daban por hecho que éste sería enviado a Rusia, pero el número dos de la delegación negociadora iraní, Abbas Araghchi, dijo a la agencia de noticias AFP: “No tenemos intención de mandar las reservas de uranio enriquecido al exterior. Pero hay otras soluciones para crear confianza respecto de estas reservas, para resolver las inquietudes respecto de cualquier uso que no sea pacífico”. Agregó que el tema se está discutiendo y que “casi” alcanzaron una solución.

La vocera del Departamento de Estado estadounidense Marie Harf también le quitó importancia a esta diferencia, e insistió en que todas las soluciones siguen sobre la mesa. “La noción de que en las últimas 24 horas ha habido un cambio sobre ese asunto, de que las posiciones se han endurecido, sencillamente no es cierta”, dijo, desde Lausanne. También consideró que hay 50% de posibilidades de alcanzar un acuerdo.

Otro punto que faltaba resolver era el del seguimiento de un eventual acuerdo y cómo establecer un mecanismo para reimplementar las sanciones en caso de incumplimiento por parte de Irán, además de buscar garantías a largo plazo. El gobierno iraní quiere que el levantamiento de las medidas en su contra sea inmediato en caso de lograr un entendimiento, mientras que algunos de los involucrados en las negociaciones prefieren que esto sea progresivo y ocurra a medida que se vayan cumpliendo etapas. El gobierno iraní también reclama continuar con sus proyectos de investigación nuclear con fines médicos.