Hoy el gobierno de Grecia enviará al Parlamento su primer proyecto de ley, que incluye una serie de medidas para enfrentar la crisis humanitaria que atraviesa el país. “Ésta, para nosotros, es la primera obligación ante una sociedad que sufre desde hace cinco años”, dijo el primer ministro Alexis Tsipras al informar acerca del proyecto en una intervención televisada ante el Consejo de Ministros el viernes.

El proyecto incluye dos medidas: suministrar electricidad de forma gratuita a las familias que viven por debajo de la línea de pobreza, que se estima que son unas 300.000, y ofrecer viviendas a las personas que no tienen hogar, que según el texto que será enviado al Parlamento son unas 30.000.

Éste es el primer proyecto del gobierno de Syriza, pero esta semana se presentarán varios más. Uno va a prohibir el desalojo por falta de pago en el caso de las primeras viviendas -las que se utilizan como lugar de residencia- y a establecer facilidades para el pago de deudas a Hacienda y la Seguridad Social. Tsipras dijo que en estos días también se impulsarán proyectos para reformar la administración pública y para reabrir la televisión pública, que fue cerrada por el gobierno anterior, del conservador Antonis Samaras, en junio de 2013.

Además, el primer ministro informó que en estos días se comenzará a trabajar en la unificación del material obtenido en distintas investigaciones sobre personas que depositaron su dinero en cuentas offshore para evadir impuestos.

Tras informar sobre estas iniciativas legales, Tsipras aseguró que los gobiernos conservadores de España y Portugal habían hecho todo lo posible para que el suyo fracasara en las negociaciones para obtener una prórroga del rescate aprobado por la troika. “Su plan era y es desgastar, derribar o llevar nuestro gobierno hacia una rendición incondicional antes de que nuestro trabajo produjera resultados”, dijo. Agregó que intentaban evitar que su gobierno se convirtiera en ejemplo de recuperación en la región, “especialmente, antes de las elecciones en España”. Esos dos gobiernos, dijo Tsipras, “trataron de empujar a Grecia hasta el abismo, asumiendo el riesgo de una evolución fuera de control, para evitar un contagio político en sus países”. Afirmó que si esos intentos no triunfaron fue porque Francia, China y Estados Unidos presionaron a la Unión Europea (UE) para que accediera a la propuesta griega por temor a una debacle del euro.

Esta denuncia de Tsipras recibió respuestas duras de los gobiernos de España y de Portugal. El presidente español, Mariano Rajoy, advirtió: “No somos responsables de la frustración que ha creado la izquierda radical”, que “ha prometido lo que sabía que no podía cumplir”. Rajoy dijo que al alcanzar un pacto con la UE Syriza decepcionó a sus votantes y a movimientos que integran la coalición de izquierda, y que por eso intenta desviar la atención hacia su gobierno y el de Portugal.

Sin embargo, las encuestas no muestran la decepción de la que habla Rajoy. La intención de voto de Syriza aumentó 16% desde que asumió el gobierno, el 25 de enero.