Primero Fein negó que en los informes de los peritajes presentados por Arroyo hubiera una decimosegunda conclusión, un “punto 12”, que no se había dado a conocer, y que ayer divulgó el diario argentino La Nación. Después, Arroyo dijo que sí existía ese punto y pidió: “Que no se le mienta a la gente”. Finalmente, Fein reconoció que esa conclusión existía y que lo había negado porque la propia Arroyo había pedido que no se diera a conocer para mantener la “confidencialidad”.

Ese “punto 12”, el único que no fue leído por Arroyo Salgado en la conferencia en la que presentó el informe de sus peritos, trata sobre la posición en la que estaba Nisman en el momento de recibir el disparo. Los peritos de la parte querellante concluyeron que el fiscal se encontraba “en posición rodilla a tierra”, o sea, con el torso erguido y una rodilla apoyada en el piso. Esto no coincide con lo que concluyeron los peritos de la fiscalía de Fein.

Además, ambos informes difieren en si hubo, o no, participación de una tercera persona en la muerte de Nisman. Según el informe de la Fiscalía “no hubo intervención de terceras personas”, pero el de la querella sostiene que sí las hubo. Hay dos versiones de esta parte del informe de la querella. En una, que fue leída por Arroyo Salgado en su conferencia de prensa, se dice que “se descarta la probabilidad de la hipótesis en modalidad suicida”. En otra, a la que accedió La Nación, se dice que la posibilidad del suicidio se considera “poco probable dentro de lo posible”. El diario argentino publicó que los peritos que firman el informe -los tres de larga trayectoria en Argentina- no quisieron precisar cuál de las dos versiones es la que ellos redactaron. Además, el informe indica que después de disparar contra Nisman, esta supuesta tercera persona movió el cuerpo como para insinuar una postura de suicidio.

La otra gran diferencia entre el informe de la Fiscalía y el de la parte querellante refiere a la hora de la muerte. Según el informe que dio a conocer Arroyo, Nisman murió entre las 16.00 y la medianoche del sábado, mientras que la Fiscalía estableció que la muerte ocurrió en la tarde del domingo.

Datos de la investigación oficial y otros que dieron a conocer los medios argentinos contradicen la conclusión presentada por Arroyo. Por un lado, citando “documentos a los que pudo acceder”, el diario Clarín informó la semana pasada que Nisman hizo llamadas telefónicas hasta las 23.07 del sábado. Por otro, el técnico informático Diego Lagomarsino declaró que había visto a Nisman por última vez el sábado alrededor de las 20.00. Por último, el abogado de Lagomarsino, Maximiliano Rusconi, informó que en la mañana del domingo, a las 7.25, la computadora de Nisman fue utilizada para leer diarios, hacer una búsqueda en Google y chequear una cuenta de mail de Yahoo! Ante esta información, la parte querellante argumentó que Lagomarsino “estaba en condiciones” de acceder de forma remota a la computadora de Nisman. Por su parte, Rusconi aseguró que la conexión no fue remota y que el uso de su computadora a esa hora dejaba claro que todavía no había muerto.

Ante éstas y otras diferencias surgidas entre los dos informes periciales, Fein señaló que es usual que haya discrepancias, pero que le sorprende que sean tantas. Ayer, los peritos de la querella testificaron en la Fiscalía, con lo cual sus observaciones se integraron al expediente. Fein comunicó cuáles son los pasos siguientes de la investigación: la semana próxima se conocerá el resultado de “un estudio de ADN de las uñas” de Nisman, y después se convocará a una junta médica. En ella participarán los peritos de la Fiscalía y los de la querella, así como un experto internacional o local. Esta junta intentará “disipar las diferencias” entre los informes y “de ser posible, arribar a buen resultado”.