Anoche los nigerianos continuaban esperando los resultados oficiales de las elecciones legislativas y presidenciales del fin de semana. La Comisión Electoral Nacional Independiente de Nigeria empezó a emitir los resultados de cada estado ayer, pero interrumpió el recuento de votos hasta nuevo aviso. Con 24% de los votos escrutados, el gobernante Partido Democrático Popular (PDP) y la alianza opositora Congreso de Todos los Progresistas estaban casi empatados.

Nigeria tiene antecedentes de comicios controvertidos y violencia electoral. Fue el caso en 2011, cuando murieron 800 personas. Por eso estas últimas elecciones fueron observadas por la Unión Europea, Estados Unidos, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental y la Unión Africana, además de organizaciones de la sociedad civil.

Aunque no se denunciaron irregularidades durante la votación, el recuento de votos genera dudas en la oposición.

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y el canciller británico, Philip Hammond, emitieron un comunicado conjunto ayer en el que señalan que “no hubo de momento manipulación sistemática del proceso, pero hay indicios inquietantes en la reagrupación de papeletas -para ser contabilizadas- que podrían ser sometidas a interferencias políticas intencionales”.

En el estado de Rivers, en el sur, las cifras parciales indican que ganó el PDP, que allí es opositor, y se reportaron desde el sábado manifestaciones para denunciar corrupción y alertar de la posibilidad de que se alteren los resultados, por lo que el gobierno local impuso un toque de queda.