El juez estadounidense Thomas Griesa rechazó el lunes la solicitud del Citibank de pagar a acreedores de Argentina. De esta manera, el magistrado dio por tierra con la medida que buscaba dejar sin efecto la decisión que imposibilita a la entidad bancaria de realizar los pagos de los bonos argentinos que fueran emitidos bajo las leyes argentinas. El jueves 12, Griesa ya había rechazado otra solicitud del mismo banco para realizar los pagos de los intereses de los bonos argentinos, una decisión que será apelada por Citibank. De esta manera, queda firme la sentencia en la que Griesa ha venido insistiendo y que implica que Argentina no puede pagar la deuda a acreedores reestructurados hasta tanto no pague a los acreedores que no participaron en los canjes de bonos, los denominados holdouts o fondos buitre.

Argentina puso en marcha dos canjes de deuda, uno en 2005 y otro en 2010, que tuvieron una amplia aceptación con la excepción de los holdouts, que representan cerca de 7% del total de los acreedores que tenían títulos en default. La decisión de Griesa de hacer lugar a la demanda de los fondos buitre, hizo que Argentina cayera en cesación de pagos “selectiva” el año pasado y eso ha determinado que la vuelta del país al mercado de capitales se postergara.

Desde la decisión original, Griesa había permitido al Citibank -que realiza los pagos en nombre del gobierno argentino a los acreedores que aceptaron el canje- hacer tres pagos mientras se procesaba la decisión de fondo sobre la cuestión. El próximo pago debería hacerse el 31 de marzo, y con esa fecha en mente Citigroup advirtió a Griesa que si la Justicia estadounidense le impide procesar el pago, Argentina podría quitarle su licencia bancaria por violar las normas del país, lo que perjudicaría a la gigantesca entidad financiera.