Los mercados emergentes deben prepararse para el impacto que sufrirán cuando Estados Unidos suba sus tasas de interés, un alza que “podría sorprenderlos”, tanto por el momento en que se produzca como por el ritmo con el que se aplique, advirtió la jefa del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde.

La Reserva Federal (Fed) está discutiendo en qué momento de este año subirán las tasas de interés a la luz de las señales de recuperación que está dando la economía estadounidense.

Desde Mumbai, India, la directora gerenta del organismo advirtió ayer que la reacción que afectó a los mercados emergentes en 2013 podría repetirse. Esa vez, el entonces presidente de la Fed, Ben Bernanke, había asustado a los inversores al hablar sobre las condiciones que podrían llevar al banco central estadounidense a reducir su programa de compras de 85.000 millones de dólares al mes en bonos que buscaban estimular la economía.

“El peligro es que de repente la vulnerabilidad que se acumuló durante un período de política monetaria muy expansiva pueda desatarse cuando se revierta esa política, creando una volatilidad sustancial en el mercado”, dijo Lagarde en declaraciones que leyó a la prensa.

A la luz de ello, reclamó a las “economías avanzadas” que ayuden a reducir la volatilidad comunicando con “claridad sus intenciones de política monetaria”, en un intento de que los cambios en las condiciones monetarias internacionales no se modifiquen abruptamente. Si bien muchas economías emergentes, incluidas las de América Latina, redujeron su exposición a las tasas de interés de Estados Unidos durante la última década, emitiendo una mayor proporción de deuda pública denominada en moneda local, los cambios repentinos en las tasas estadounidenses pueden agregar volatilidad internacional que afecte a los mercados financieros locales. En particular, un aumento de las tasas de interés en Estados Unidos reduce el atractivo de las inversiones en bonos denominados en otras monedas, limitando o encareciendo el financiamiento de los países, ejerciendo presión sobre los tipos de cambio y los precios de los bonos de mercados emergentes.

De todas maneras, aunque se espera que la Fed eleve las tasas en el transcurso de 2015, tras mantenerla cercana a cero durante seis años, no es claro en qué momento de este año se hará. Las discusiones dentro de la Fed en torno al alza de las tasas están programadas para mediados de este año, pero no es seguro que se tome la decisión en el corto plazo. Si bien los números de la economía estadounidense han mejorado sustancialmente, elevar las tasas de interés este año podría constituir un desafío, porque el crecimiento de los socios comerciales de Estados Unidos sigue siendo flojo y la inflación aún muy baja. Si el dólar continúa apreciándose, lo que vuelve menos competitivas las exportaciones estadounidenses, es difícil pensar que la Fed suba las tasas, al menos en el corto plazo.