Aunque la experiencia muestra que ser peronista no es una ventaja para ganar elecciones en la ciudad de Buenos Aires, sí puede serlo para llegar a gobernar Argentina. Probablemente por eso, el precandidato presidencial de Propuesta Republicana (Pro), Mauricio Macri, que es jefe de gobierno porteño desde 2007, dijo hace unos meses que se reconoce “al 100% en las banderas del peronismo”. Las PASO porteñas del domingo, en las que su partido reunió 47% de los votos, la misma cantidad que en 2011, mostraron que los votantes de la ciudad no se tomaron demasiado en serio esa declaración.

Además de que su partido fue por lejos el más votado, en la interna el candidato de Macri, Horacio Rodríguez Larreta, le ganó a su rival Gabriela Michetti. La victoria del jefe de Gabinete de Macri fue interpretada como una muestra del peso electoral del dirigente.

Quizá por eso, el ex vicepresidente argentino Julio Cobos dijo ayer que votará a Macri si éste le gana en las PASO nacionales a Ernesto Sanz, que como él pertenece a la Unión Cívica Radical (UCR). A diferencia de Sanz, Cobos se había opuesto a una alianza de la UCR con Macri. Pero ese acuerdo se concretó y en agosto competirán en elecciones internas Macri, Sanz y Elisa Carrió, precandidata de la Coalición Cívica.

Ahora el discurso de Cobos cambió. “Votaré a Mauricio Macri si gana las PASO”, dijo en una entrevista publicada ayer por el diario La Nación. “No me imaginaba votando a Macri, pero es la realidad”, agregó, explicando que se somete a lo decidido en el congreso de la UCR. “Escuché a Macri decir que adhiere a las banderas del justicialismo. Habrá que adherir también a las banderas del radicalismo”, agregó.

El martes Macri se reunió con la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (que está conversando con todos los precandidatos presidenciales) y como resultado de ese encuentro, el secretario general de la Unión Tranviarios Automotor, que representa a los choferes de ómnibus, Roberto Fernández, dijo que la reunión había sido “linda” y que vio a Macri “más peronista que a muchos peronistas”. Agregó: “Vamos a verlo en acción si llega a ser presidente”. Después de ese encuentro, Macri se anotó un punto con la mayoría de los gremios argentinos, que le reclaman al gobierno que aumente el mínimo imponible para el impuesto a las ganancias, y dijo que si él es presidente, lo va a aumentar.

El otro candidato opositor que pisaba fuerte para las PASO de agosto y las presidenciales de octubre era Sergio Massa, el líder del Frente Renovador (FR), que mañana lanza oficialmente su campaña en un acto. Pero sufrió un golpe cuando su candidato a jefe de gobierno porteño, Guillermo Nielsen, no alcanzó el mínimo de 1,5% de votos necesario para seguir en carrera para la elección porteña de julio. Aunque este resultado no puede considerarse directamente un indicio de su desempeño en el plano nacional, se suma a una caída en la intención de voto de Massa.

Desde el domingo quedó descartada una alianza de Massa con Macri, y así fue confirmado tanto desde el FR como desde el Pro, mientras que otra alianza fue presentada ayer. Según anunció Massa, competirá en una interna común con otro peronista opositor, José Manuel de la Sota, el gobernador de Córdoba, en el marco de un acuerdo llamado Unidos por una Nueva Argentina (UNA). Otro precandidato a presidente, Adolfo Rodríguez Saá, abogó por un espacio político “del peronismo opositor” con Massa y De la Sota. Consideró que ninguno de los tres tiene posibilidades de ganar “solo”. Aunque su participación en UNA no está descartada, no fue invitado a su lanzamiento, anoche.

En tanto, para el precandidato favorito de la interna del kirchnerista Frente para la Victoria (FpV), el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, los próximos días van a ser de campaña. El martes se reunió con el precandidato del FpV a gobernar Córdoba, Eduardo Accastello; el fin de semana tiene previsto viajar a las provincias de Formosa y Corrientes; y el lunes se reúne con el presidente paraguayo, Horacio Cartes, en Asunción.