Distintos sectores políticos protestaron por lo que denunciaron como “irregularidades” en el conteo de votos de las elecciones primarias que se celebraron el domingo en Santa Fe. Incluso un precandidato del oficialismo local se sumó a esas críticas.

En Santa Fe gobierna el Frente Progresista Cívico y Social (FPCyS), una coalición conformada por el Partido Socialista (PS) y la Unión Cívica Radical (UCR). El gobernador es el socialista Antonio Bonfatti. Uno de lo críticos por el recuento de votos fue Mario Barletta, el precandidato en el FPCyS por la UCR que fue derrotado por Miguel Lifschitz, del PS. Dijo que el gobierno provincial hizo un “zafarrancho” y que “si fuera gobernador ya hubiera pedido dos renuncias, por lo menos”.

“Reconocemos que hubo algún defecto en la comunicación de las mesas informadas, pero no hay ninguna irregularidad”, aseguró el ministro de Justicia de la provincia, Juan Lewis. El Tribunal Electoral de Santa Fe verificó que cuando el lunes se informó que había terminado el escrutinio primario, faltaba que se incluyeran los resultados de 200.000 votos (cerca de 10%), correspondientes a 807 de las 7.626 mesas que se instalaron el domingo. Lewis aclaró que esos votos se contaron, pero que por problemas técnicos no se incluyeron en la página web en la que se publicaba cómo iba el escrutinio provisorio.

Esos 200.000 votos que no fueron ingresados podrían incidir en la evaluación del desempeño de los diferentes partidos, ya que al comparar el total de votos a cada uno de ellos, Propuesta Republicana tuvo sólo 5.493 votos más que el FPCyS. Además, esos votos son fundamentales para que se defina la votación para los candidatos a otros cargos, a diputado provincial, por ejemplo. Sin embargo, no son suficientes para que cambie el nombre de alguno de los candidatos a gobernador de Santa Fe.