Los cinco chechenos acusados por el asesinato del líder opositor ruso Boris Nemtsov comparecieron ayer en una vista judicial previa al comienzo del juicio en su contra. El principal acusado, Zaúr Dadáev, aseguró que fue forzado a confesar un crimen que no cometió.

“A la hora del asesinato yo estaba en otro lugar; tengo testigos y una coartada”, aseguró Dadáev. Dijo que lo amenazaron y que por eso hizo lo que le decían. Dijo que “unos desconocidos” lo secuestraron el 5 de marzo. “No sabía dónde estaba ni dónde me encerraban. El día 7 me comunicaron que estaba detenido”, agregó, y dijo que durante su secuestro le indicaron “qué decir y cómo decirlo” para confesar el asesinato de Nemtsov. Días antes Dadáev ya había dicho a periodistas fue torturado.

El Comité de Instrucción de Rusia, que en este caso se encarga de llevar adelante la acusación, manifestó que investigará las acusaciones de Dadáev, pero reiteró en la vista que él confesó su culpabilidad y la de sus cuatro supuestos cómplices. Uno de los instructores dijo que hay otros indicios de su culpabilidad, y mencionó testigos y exámenes médicos.