A pesar de los bombardeos de la coalición árabe liderada por Arabia Saudita, los combatientes del movimiento chiita de los hutíes seguían avanzando ayer en la ciudad meridional de Adén, que es la segunda mayor de Yemen y un puerto estratégico que controla el acceso al Mar Rojo. Los milicianos chiitas que se levantaron en armas contra el presidente yemenita Abdo Rabu Mansur Hadi, que ahora está refugiado en Arabia Saudita, ya habían tomado el control de un barrio vecino al puerto.

De acuerdo con las autoridades militares sauditas, los chiitas tomaron la sede del ayuntamiento y establecieron sus centros de operaciones en hoteles y edificios de viviendas, para evitar los ataques de la coalición. Además, los hutíes fueron acusados de atacar a la población civil, mientras que las milicias fieles al presidente Hadi intentaban resistir sus ataques con el apoyo de la coalición, que les envía ayuda desde el aire.

También continuaban los bombardeos contra las posiciones de los hutíes en la frontera con Arabia Saudita. En la capital de Yemen, Saná, que comenzó a ser bombardeada el sábado por la coalición de la Liga Árabe, los hutíes detuvieron a 39 dirigentes del Partido de la Reforma Islámica, brazo político de los Hermanos Musulmanes yemeníes y una de las principales fuerzas políticas del país, que anunció su apoyo a Hadi.

Desde el 26 de marzo, día en que la Liga Árabe lanzó su intervención militar en Yemen, murieron 185 personas, sin contar las víctimas el bando hutí, informó la agencia de noticias Efe. Según la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, hay 334.000 desplazados en Yemen y 16 millones de personas necesitan algún tipo de ayuda humanitaria, en un país de 26 millones de habitantes.