Las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) de cara a las elecciones de octubre están previstas para el 9 de agosto, y el cierre de listas para el 20 de junio. Los medios argentinos advierten que el oficialismo definirá sus listas y candidatos a la interna a última hora.

Al momento de definir es probable que las encuestas jueguen un papel central para minimizar el riesgo de perder el gobierno debido a una mala elección del candidato. Según el último sondeo conocido, publicado el lunes por la consultora Poliarquía en Tiempo Argentino, afín al gobierno, la intención de voto de los principales precandidatos kirchneristas para las PASO suma para el gobernante Frente para la Victoria (FpV) 36% de los votos. En detalle, el más votado de sus precandidatos sería Scioli, con 25%, seguido por Randazzo, con 10%, y el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, obtendría un magro 1%.

Esto implicaría que con su 25% de votos Scioli le ganaría la presidencia al líder de Propuesta Republicana (Pro) y jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, que con 22% de votos es el candidato opositor más votado, por delante del diputado Sergio Massa, candidato del Frente Renovador, que tiene 19% de intención de voto según ese estudio.

Si este panorama se consolidara, Scioli saldría fortalecido en su condición de favorito kirchnerista, no sólo por liderar en la interna, sino por aparecer como el candidato capaz de ganarle a la oposición.Sin embargo, de acá a junio los números pueden cambiar, y además en Argentina las encuestas varían según quién las financie. Así lo señalaron los diarios La Nación y Clarín, al citar los resultados de varias encuestas que a fines de marzo le daban la mayor intención de voto a Macri, Scioli o Massa, alternativamente, según la empresa que los hubiera elaborado.

Ante esta situación incierta, la prensa asegura que el oficialismo maneja distintas posibilidades. Es probable que ante el liderazgo de Scioli en intención de voto, la presidenta decida sumarle su respaldo, a pesar de que las diferencias entre sus puntos de vista y los del gobernador son notorias. En las últimas semanas, Scioli recibió el apoyo de varios pesos pesados oficialistas, entre ellos el candidato a ocupar su cargo de gobernador de la provincia de Buenos Aires, Julián Domínguez. Además, Máximo Kirchner lo mencionó como candidato oficialista, a pesar de que la organización que lidera, La Cámpora, es reacia a que represente al kirchnerismo.

Sin embargo, el domingo Randazzo volvió a atacar a Scioli. Lo puso junto a Macri y Massa en la misma bolsa -la de “candidatos de las corporaciones”-. Señaló que es la prensa opositora la que quiere imponerle al oficialismo la candidatura de Scioli. “Me preocupa que quieran decir qué tenemos que hacer los del FpV y que quieran imponernos a Scioli como candidato”, señaló. “Ya sabemos quiénes son: [los diarios] Perfil, La Nación, Clarín”, aclaró.

Las especulaciones -e informaciones basadas en fuentes anónimas- de esos medios apuntan efectivamente a que Scioli se encamina a ser el candidato del oficialismo. Pero también mencionan que el ministro de Economía, Axel Kicillof, podría irrumpir en el panorama electoral. Un escenario que aparece como más creíble es que el titular de Economía, que se destacó con su gestión del conflicto con los fondos buitres, sea candidato a vicepresidente. Sería una manera de que las fuerzas más cercanas a la mandataria mantengan su presencia, impongan en parte su línea y no pierdan apoyos de la izquierda, lo que ocurriría en caso de que Scioli fuera el candidato.

También se maneja que Máximo Kirchner sea candidato, una posibilidad que él mismo dejó abierta la semana pasada, en una entrevista con Víctor Hugo Morales. Sin embargo, es mucho más probable que el poco mediático hijo de Fernández pueda encabezar las listas de diputados en la provincia de Santa Cruz, o -aunque sea menos probable- en la provincia de Buenos Aires. En todo caso, con o sin el aval de la presidenta, el dirigente social Luis d’Elía, cercano al gobierno, dijo que “La Cámpora tiene dos muy buenos candidatos: Máximo Kirchner y Axel Kicillof”, según La Nación.

Distintas encuestas mostraron en los últimos días que el oficialismo se repuso de la baja en su apoyo popular, que llegó con la muerte del fiscal Alberto Nisman, a fines de enero. El sociólogo y director de la consultora Poliarquía, Eduardo Fidanza, dijo a Radio Mitre que la jefa de Estado “está en un lugar intermedio y con fortaleza relativa, en relación con el nivel internacional” de los gobernantes y el de la región en particular, con 40% de aprobación. “En la historia argentina, cuando un gobierno termina, su poder tiende a disminuir rápidamente, pero en este caso no lo sabemos”, continuó. Para concluir señaló: “Este gobierno llega a su final mucho más fuerte que otros gobiernos. No es un dato favorable, es un dato objetivo”.