La revista brasileña Veja publicó este mes un informe según el cual Irán financió la campaña de la presidenta argentina, y lo hizo en el marco de un complejo entramado que involucra al gobierno venezolano, al empresario venezolano-estadounidense Guido Antonini Wilson y a Nilda Garré, ex ministra de Defensa y de Seguridad y actual embajadora argentina ante la Organización de Estados Americanos, que durante un tiempo estuvo a cargo de la embajada de su país en Venezuela. El medio brasileño deja entender que Argentina podría haber vendido secretos nucleares a Irán. Una de las fuentes anónimas de la revista, un ex funcionario chavista, dijo a ese medio que existen semejanzas entre los reactores nucleares de Arak, en Irán, y los de Atucha, en Argentina. Ya a fines de febrero, el diario argentino Perfil publicaba, también citando fuentes anónimas, que Argentina ayudó a Teherán a mejorar su tecnología de enriquecimiento de uranio.

No paran las críticas

Las principales ciudades argentinas quedaron paralizadas ayer por un paro general convocado por sindicatos opositores. La medida surgió de una movilización conjunta de 22 gremios del transporte, a la que se sumaron la Confederación General del Trabajo (CGT), que encabeza el ex kirchnerista y líder camionero Hugo Moyano, la también opositora Confederación General del Trabajo Azul y Blanca de Luis Barrionuevo, la Central de Trabajadores de Argentina disidente, encabezada por Pablo Micheli, y también los gremios bancarios.

El paro tenía como principal reclamo una reforma del impuesto a las ganancias, que grava los salarios superiores a 15.000 pesos argentinos (unos 1.300 dólares), un reclamo que el gobierno desestima con el argumento de que el tributo afecta “a 10% de los trabajadores”, los que más cobran. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, aseguró que el paro fue “político” y que “hubiera trabajado 95% de la gente”, pero no pudo porque no tenía “con qué viajar”. Sin embargo, la CGT cercana al gobierno, liderada por Antonio Caló, dejó “en libertad de acción a sus afiliados”. Caló, además, manifestó que comparte el reclamo contra este impuesto, que afecta y deteriora “la economía” de sus “compañeros”.

El lunes, Veja y el diario argentino opositor Clarín coincidieron en que el hijo de la presidenta argentina, Máximo Kirchner, tuvo cuentas bancarias en Estados Unidos, en las islas Caimán y en Venezuela, a su nombre y junto a Garré. El hijo de la presidenta dio una entrevista ayer al periodista Víctor Hugo Morales en la radio argentina Continental. Era la segunda vez que hablaba ante los medios; la primera había sido en setiembre, en un acto político de La Cámpora. Su escasa exposición mediática generó fuertes expectativas respecto de esta entrevista, lo que eclipsó en parte la noticia del día, el paro opositor (ver “No paran las críticas”).

Máximo negó categóricamente tener o haber tenido cuenta bancaria alguna en el exterior. Explicó que suele dejar correr las acusaciones en su contra pero que en esta oportunidad decidió hablar públicamente “por respeto a las víctimas y a los familiares de las víctimas de los atentados” en contra de la embajada israelí, en 1992, y la Asociación Mutual Israelita Argentina, en 1994.

Dijo que “seguramente” vaya a demandar a la revista brasileña, pero con Clarín no piensa hacer lo mismo. “Prefiero que [en Argentina] se pueda decir cualquier cosa sin ir a la Justicia; no creo en ir a la Justicia, no en el estado en el que está hoy, sería perder el tiempo”, dijo, porque la Justicia está “amordazada por el señor [Héctor] Magnetto”, el director del Grupo Clarín. Consultado por Morales sobre el uso del condicional para informar sobre ese tema, dijo que cree en “la libertad”, incluso en los casos en los que se hace del periodismo una “fiesta del condicional”.

Sin embargo, señaló como un “problema” que ante “el tamaño de la acusación” algunos puedan “pensar ‘bueno, algo tiene que haber’”. Consideró que se aplica “ese sentido común” y que esto lleva a que al Grupo Clarín “no le importe si lo que está diciendo es verdad o mentira, porque lo que se busca es dañar”.

También habló de las elecciones y fue particularmente duro con Mauricio Macri, el líder de Propuesta Republicana (Pro) y candidato a la presidencia, que encabeza la intención de voto. “A Macri no le interesa la transparencia, esto se ha visto a lo largo de la historia. A él le interesa la transferencia, y cuando digo ‘transferencia’ estoy hablando de los recursos estatales a las grandes empresas de la Argentina. Es esto lo que se está discutiendo, no hay que ser bobos, tenemos que ser inteligentes”, advirtió. También le pidió a Clarín que defina su postura respecto de Macri. Pidió que “si son socios y comparten el modelo de país” que lo digan y “no se escondan detrás de la pátina de independientes y objetivos porque no lo son, porque los mueven intereses, como a todos los argentinos”.

Consultado sobre la posibilidad de que sea candidato en las elecciones generales de octubre, el hijo de la presidenta fue evasivo. “Veremos más adelante lo que resuelven los compañeros, y también uno. Por lo menos, uno no quiere hacer todo a sí o sí. Uno está donde los demás piensen que puede servir. No tengo problema”, deslizó, al tiempo que pidió “paciencia”.

Las denuncias mediáticas en contra de Kirchner y Garré motivaron que varios legisladores opositores pidieran una investigación. Desde Unión Pro, Patricia Bullrich presentó un proyecto en la Cámara de Diputados para solicitar información “urgente”, y el diputado peronista disidente Adrián Pérez consideró que el caso “merece un tratamiento rápido” en la Justicia. “El hijo de la presidenta negó tener cuentas en el exterior, aunque en ningún momento se le ocurrió hacer lo que cualquier persona decente haría; esto es, solicitar al juez de la causa que requiera, vía exhorto judicial, a la Confederación Suiza y a Estados Unidos que ratifiquen o rectifiquen dicha información”, dijo el diputado por la Coalición Cívica para la Afirmación de una República Igualitaria, Fernando Sánchez, precandidato a vicejefe de Gobierno porteño en la fórmula con Martín Lousteau.