El nuevo gabinete de Cameron mantiene a los principales ministros, los de carteras como Economía, Asuntos Exteriores y Defensa, pero también incluye caras nuevas, entre ellas el popular alcalde de Londres, Boris Johnson. Su inclusión parece exclusivamente un gesto político. “Boris Johnson estará en mi Gabinete Político. Como se prometió, dedicará su atención a su último año como alcalde de Londres”, dijo el primer ministro en Twitter. Johnson, que ratificó su popularidad el jueves al ser electo diputado, fue nombrado “ministro sin cartera”, y por ahora no asumirá tareas en el Ejecutivo.

El nombre del alcalde suena entre los británicos como una de las opciones para suceder a Cameron, que en la campaña anunció que no se presentaría a las elecciones de 2020. Además de Johnson, hay otros dirigentes que se mencionan como opciones para liderar a los tories: George Osborne y Theresa May, ministros de Economía e Interior, respectivamente. Los dos continuarán en sus cargos, y Osborne recibió además un “ascenso”; fue nombrado primer secretario de Estado, un cargo que se equipara al de vice primer ministro y que hasta ahora ocupaba Nick Clegg, líder del Partido Liberal Demócrata.

También se encuentra entre los integrantes del gabinete que siguen en funciones el canciller Philip Hammond, conocido por ser un euroescéptico, quien estará además encargado de las negociaciones con la UE. Justamente, una de las primeras informaciones de prensa sobre el nuevo gobierno se refiere a la situación de Reino Unido en el bloque. El periódico The Guardian informó que Cameron está ultimando detalles para adelantar el referéndum de 2017 a 2016. El gobierno no reconoció ni negó esta información, que de acuerdo con el diario se anunciará a más tardar el miércoles 27. The Guardian publicó que uno de los argumentos esgrimidos por Cameron es su voluntad de que el referéndum no interfiera con las elecciones francesas y alemanas, previstas para 2017, y que también busca darle el gusto al ala más conservadora de los tories, que se vio reforzada en las elecciones y que reclamaba este adelanto.

Osborne dijo que Reino Unido va a negociar con la UE una reforma antes de convocar el referéndum. Los líderes europeos, entre ellos el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, se han mostrado abiertos a negociar reformas, pero la Comisión Europea advirtió que no admitirá cambios en los tratados básicos, que son justamente los que Reino Unido buscará modificar. Algunos analistas han hecho hincapié en la división del Partido Conservador entre quienes quieren salir de la UE y quienes buscan sólo mejorar algunos aspectos de la inserción de Reino Unido. Si bien Cameron no ha hecho pública su posición, se cree que ésta es más bien moderada y que durante las negociaciones con el bloque presentará como victorias rotundas las concesiones que haga la UE, aunque sean menores.

Los mismos analistas advierten que este camino podría radicalizar a los euroescépticos, tanto a los que están dentro del Partido Conservador como a los que están en el nacionalista Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP, por sus iniciales en inglés), que es contrario a la integración actual de su país en Europa.

No hay encuestas recientes que indaguen qué votarían los británicos en un referéndum, pero ya se advierte que puede aprobarse el divorcio entre Reino Unido y la UE. En las elecciones de la semana pasada UKIP obtuvo cuatro millones de votos, el Partido Conservador 11 millones, y se estima que todos los votantes del UKIP respaldarían la separación, así como la mitad de los conservadores, lo cual ya sumaría unos nueve millones de votos en un referéndum que no es de participación obligatoria.

Otros frentes

Más allá de la convocatoria al referéndum, la relación entre la UE y Reino Unido va a cambiar, y esto podría alimentar los argumentos independentistas del Partido Nacional Escocés (SNP, por sus iniciales en inglés). Si finalmente Reino Unido sale de la UE esto será invocado por el SNP para convocar nuevamente a un referéndum independentista.

Éste también es un terreno en el que hay divisiones, pero en el SNP. Los simpatizantes de Alex Salmond (el ex ministro principal de Escocia, equivalente a primer ministro, que logró la convocatoria al referéndum de 2014) han utilizado un resultado electoral en el que el SNP obtuvo 56 de los 59 escaños reservados a Escocia para argumentar que es necesaria una nueva votación. Ésta ya era reclamada por los más radicales, porque Cameron no le entregó a Escocia las autonomías que había prometido antes de que se celebrara el referéndum.

Sin embargo, Salmond ya no lidera a los soberanistas, y en su lugar se encuentra Nicola Sturgeon, que tiene un perfil más moderado y que antes de las elecciones se comprometió a que no leería el resultado electoral como un llamado a realizar un nuevo referéndum.