La huida del ex asesor del presidente peruano Ollanta Humala, el empresario peruano Martín Belaunde, el fin de semana, tuvo como consecuencia la renuncia del ministro de Gobierno (equivalente a ministro del Interior), Hugo Moldiz, y la baja del comandante nacional de la Policía, el general Luis Cerruto.

Belaunde estaba requerido por la Justicia de Perú y bajo arresto domiciliario en Bolivia, a la espera de que se procesara el pedido de extradición.

El presidente Evo Morales criticó con dureza a la Policía. “El grupo responsable de dar seguridad a un delincuente internacional no es posible que diariamente, informalmente, reciba plata del corrupto [Belaunde]. Se recibe una especie de viático diario y ya podemos imaginarnos”, dijo. Hizo esa declaración luego de que él y el sucesor de Moldiz como ministro de Gobierno, Carlos Romero, aseguraran que el detenido les pagaba a diario a los policías que lo custodiaban. Moldiz dijo a la radio boliviana Erbol, que esos funcionarios recibían entre 14 y 28 dólares por día.

Hasta ayer 14 personas habían sido detenidas en Bolivia por la fuga del peruano, entre ellas familiares de Belaunde, los policías que lo custodiaban y su abogado defensor. Bolivia y Perú investigan cómo fue posible la fuga y coordinaban la búsqueda del prófugo.

El canciller boliviano, David Choquehuanca, dijo ayer que hace dos semanas su gobierno le pidió a Perú que fijara “el lugar y la fecha” para la extradición de Belaunde y que no obtuvo respuesta.

Belaunde trabajó en la campaña electoral de 2006 en la que Humala perdió en segunda vuelta. Ahora se lo investiga en Perú por sospechas de corrupción en la entrega de contratos a empresas privadas por parte de gobiernos regionales.