“Empecé a hacer documentales en 2005 para un canal de televisión kurdo. Tenemos varios canales kurdos en Europa que se emiten por satélite. Hice documentales sobre el proceso de cambio en Uruguay, la dictadura Argentina y después sobre Venezuela, Bolivia, Ecuador”, dijo cuando la diaria le preguntó por su recorrido. Ahora está viviendo en Buenos Aires, donde prepara un documental sobre la comunidad armenia argentina. Por eso los armenios uruguayos lo invitaron la semana pasada a participar en varias actividades.

-Los kurdos son la minoría más importante de Medio Oriente, están presentes en Turquía, Irán, Irak y Siria, pero no tienen Estado propio. ¿Son una comunidad unida o hay diferencias?

-Los kurdos son más de 40 millones de personas y 50% vive en Turquía. En 1920, los países colonialistas, Francia e Inglaterra en primer lugar, establecieron el tratado de Sevres y les prometieron a los kurdos un Estado y a los armenios también. Pero en 1923 anularon ese tratado y dibujaron las fronteras actuales, que no tienen valor para los kurdos. El Movimiento de Liberación defendía la creación de un Estado kurdo, pero ahora hay dos movimientos principales: los independentistas y los confederalistas. Los independentistas están representados por Mazud Barzani [el presidente del gobierno autónomo del Kurdistán] de Irak. En 2003, cuando Estados Unidos intervino contra Sadam Hussein, ellos aprovecharon y crearon el Estado autónomo kurdo de Irak. Pero la mayoría de los kurdos -100% de los kurdos de Irán, de Turquía y de Siria- ahora defienden otra solución, el “confederalismo democrático”, del Partido de los Trabajadores del Kurdistán [PKK]. Este partido considera que en vez de crear pequeños estados nacionales a beneficio de las grandes potencias, es preferible construir estados democráticos plurinacionales.

-Para entender bien: la mayoría de los kurdos son sunitas. ¿Verdad? Pregunto porque se suele explicar la situación en la región a partir de las divisiones entre sunitas y chiitas.

-Sí, la mayoría de los kurdos son sunitas. Pero la religión para los kurdos no importa. Ésa es la visión de los países que quieren legitimar una intervención en la zona.

-¿Entonces la mayoría de los kurdos no quiere la independencia?

-No. La independencia es un caballo de Troya, significaría una guerra interétnica entre nacionalistas turcos, árabes, etcétera. Además, estamos en el siglo XXI, podemos vivir juntos. En Estambul viven más de seis millones de kurdos [entre unos 14 millones de habitantes]. ¿Vamos a crear un Estado y llamar a los kurdos que viven ahí desde hace hasta diez generaciones para que vayan a vivir a su “tierra ancestral”? No es realista. Viven armenios en Turquía, viven asirios, viven personas de más de 30 nacionalidades. En Irán, menos de 50% de la población es persa, la mayoría son asirios, kurdos. Cuando los kurdos de Siria empezaron a controlar la zona norte del país, el Kurdistán occidental, Barzani les hizo una propuesta: “Tenemos una ocasión histórica, podemos reunirnos y declarar la independencia”. Pero los kurdos no aceptaron.

-Sin embargo, en el Kurdistán iraquí la gente vota a Barzani.

-Sí. Irak tiene una estructura muy feudal y Barzani es jefe de la tribu más grande de Irak, que se llama Barzan. Pero ahora el pueblo kurdo de Irak se está preguntando si es buena idea dividir el país.

-¿Cómo es la organización de los kurdos de Siria?

-La Constitución de estos tres cantones -Kamishlo, Kobane y Afrin- dice que todos los pueblos son iguales. Hay un partido que se llama el Partido de la Unión Democrática [PYD], no se llama “Partido Kurdo de la Unión Democrática”. Aunque la mayoría de sus integrantes son kurdos, hay otros grupos étnicos y religiosos, y su declaración de principios es un recorte y pegue de la Constitución boliviana. Proclama el Estado plurinacional, el respeto total de las minorías y su igualdad. Por ejemplo en Kamishlo viven 300.000 personas. De ellas 80% son kurdas, 10% árabes, 2% o 3% son armenias. Pero cada grupo tiene la misma cantidad de representantes. Los árabes dicen: “Qué tontos los kurdos, tienen la mayoría y nos dan la misma cantidad de representantes”. Pero es una mentalidad que está cambiando, una revolución para Medio Oriente.

-¿A qué se debe esa mentalidad? Parecen tener un rol progresista en una región con una organización social tradicional y conservadora.

-A raíz de esto está el movimiento kurdo de Turquía, inspirado por América Latina. Otra cosa muy importante para ellos es la igualdad entre mujeres y hombres. Cada organización -asambleas populares, comunas, cafés, asociaciones- tiene que estar liderada por dos personas, una mujer y un hombre, que son copresidente y copresidenta. Ahora en Turquía este movimiento tiene 105 alcaldías y, a pesar de que no lo permita la Constitución turca, como forma de desobediencia cívica, se eligieron dos alcaldes, un coalcalde y una coalcaldesa. Como la mujer es la primera víctima del islamismo radical. Este movimiento, que crea espacio de libertad para las religiones, los grupos étnicos y las mujeres, gana simpatía no sólo entre los kurdos sino también entre los árabes. Siria podría convertirse en la República Plurinacional de Siria, pero Turquía e Irán temen que los kurdos de sus países reclamen lo mismo. La lucha de los kurdos no es para cambiar las fronteras, es para alcanzar un confederalismo democrático en todo Medio Oriente. Antes de la invasión de los árabes que trajeron el Islam y de la creación del Imperio Otomano, durante miles y miles de años, los kurdos, los armenios y los asirios convivieron. Ahora analizaron su historia y dijeron: podemos seguir viviendo de esa misma manera. La sociedad kurda y la armenia no eran patriarcales. Eso llegó con el cristianismo y con el islam. Los kurdos no son progresistas, al contrario, quieren recuperar su tradición ancestral. Es una forma de descolonizarse, deshacerse de la mentalidad occidental.

-Me hablaba del lugar de las mujeres. Lo más visible desde acá son los ejércitos femeninos, integrados por las mujeres peshmergas.

-La mayoría de los combatientes kurdos son parte de la KCK, que quiere decir Unión de las Comunidades de Kurdistán, surgida del PKK, y las mujeres kurdas de Siria son parte de esa organización que se considera una guerrilla. Los peshmergas son el ejército de Barzani. En cambio las guerrilleras surgen de una lucha histórica de la mujeres de Turquía que buscan la igualdad con los hombre. Desde 1984, la guerrilleras del PKK crearon un mito, y los mitos son importantes.

-Asustan a los milicianos de Estado Islámico (EI).

-Sí. Claro. Creen que son diablos. Eso es muy eficiente y además crea una simpatía extraordinaria. Normalmente una joven de 18 o 20 años no puede salir de su casa sin casarse. Pero si quiere ir a la guerrilla, su familia la manda. Hoy en día hay 50.000 guerrilleros en Siria, 20.000 en las montañas de Irak, y casi 50% son mujeres. Cada milicia tiene un cocomandante y una cocomandante. La resistencia de Kobane [del PYD] tiene dos comandantes mujeres.

-¿En el Kurdistán iraquí no pasa lo mismo?

-El Kurdistán iraquí tiene un ejército oficial. De ese ejército 300.000 miembros son jóvenes que cobran un sueldo y hay pocas mujeres. Barzani es un religioso, no es islamista pero está apoyado por los mullah, así que son dos cosas totalmente diferentes.

-¿En una situación regional tan compleja, creen que van a poder alcanzar el confederalismo democrático?

-No es fácil. Estamos viviendo un conflicto que en realidad es una guerra mundial, porque Oriente Medio es un terreno que todas las potencias mundiales quieren controlar. Solos no podemos ganar, la guerra puede durar diez o 30 años, pero si se logra un acuerdo con el gobierno de Bashar al Assad para hacer un referéndum, las cosas pueden cambiar. Cuando terminemos con EI yo creo que podemos lograr algo, soy optimista.