Se abrió en Argentina el juicio contra un policía, Julio Diego Torales, por sospechas de que detuvo ilegalmente y torturó a Luciano Arruga en setiembre de 2008. En enero de 2009, cuando tenía 16 años, el adolescente desapareció y su cuerpo fue encontrado en octubre del año pasado, enterrado como NN. Más tarde se supo que Arruga murió poco después de haber sido visto por última vez en la calle, cerca de su casa, en la provincia de Buenos Aires. Después de descubierto el cuerpo en un cementerio porteño, se supo que había sido atropellado al intentar cruzar una autopista (probablemente huyendo de algo) y que murió horas después, al ser operado en un hospital al que había llegado sin documentos.
La familia del adolescente siempre acusó a la Policía de la provincia, porque dice que después de haber estado detenido en 2008 tenía miedo. Su madre y su hermana, que declararon ayer ante el tribunal, aseguran haberlo oído gritar en la comisaría donde el chico estuvo detenido, acusado de robar celulares. La madre, Mónica Alegre, dijo al tribunal, de acuerdo con lo publicado por la agencia de noticias del Ministerio de Justicia argentino, Infojus, que “todo esto empezó cuando él se negó a robar para la Policía”. La hermana, Vanesa Orieta, afirmó que “si hay una condena al teniente Torales” habrá que investigar también a otros responsables.