El presidente francés, François Hollande, les ganó de mano a muchos de sus pares de la Unión Europea (UE) al convertirse ayer en el primer jefe de Estado del bloque en visitar Cuba desde que empezó el deshielo de las relaciones entre Washington y La Habana, en diciembre. Este acercamiento también condujo a otro entre Cuba y la UE.

En una conferencia en la Universidad de La Habana, Hollande pidió que Estados Unidos levante el embargo económico sobre la isla. También dijo que su gira se inscribe “en un contexto particularmente importante, pero todavía incierto”, y pidió al gobierno de Cuba que flexibilice las “reglas” comerciales y que facilite la instalación de empresas francesas. Hace poco más de un año el canciller francés, Laurent Fabius, había estado en ese país en busca de oportunidades comerciales para el suyo, cuya economía tiene dificultades para reactivarse y salir de una crisis que mantiene el desempleo en niveles históricos.

Francia es el décimo socio económico de la isla, y el gobierno de Hollande quiere aumentar la presencia de sus empresas allí, aprovechando la apertura económica. Por eso el presidente francés viajó junto a una amplia comitiva integrada por numerosos empresarios, siete ministros y varios altos funcionarios. Además destacó la “voluntad de Francia de multiplicar los intercambios culturales”, así como “los económicos con América Latina” en general. Esto se debe a que el gobierno francés apuesta a mejorar, mediante su acercamiento a Cuba, su acceso a los mercados de toda la región. Hollande se reunió con el presidente Raúl Castro y el líder cubano Fidel Castro. Según informó la agencia de noticias AFP, expresó en un encuentro con franceses residentes en Cuba su satisfacción por esta reunión, porque Fidel es “un hombre que ha hecho historia” y con el que quería conversar.