En el 70° aniversario de la caída del nazismo, los jefes de gobierno europeos y estadounidense brillaron por su ausencia en Rusia. No respondieron a la invitación, dijeron, para marcar su desacuerdo con el apoyo que brinda el presidente ruso, Vladimir Putin, a los separatistas del este de Ucrania. El jefe del Comité de Asuntos Internacionales del Parlamento ruso, Alexéi Pushkov, publicó en Twitter que “la administración de Obama ejerció una fuerte presión a una serie de países de la UE para que sus líderes no fueran a Moscú al Desfile de la Victoria del 9 de mayo”, informó la agencia de noticias estatal, Ria Novosti. Ese día se conmemoró la capitulación de la Alemania nazi, el 8 de mayo de 1945, en la ciudad francesa de Reims. Debido a la diferencia horaria, en Rusia ya era 9 de mayo, día en el que se celebra ese momento histórico en Moscú.

El canciller francés, Laurent Fabius, fue el máximo representante europeo presente en Rusia, aunque no asistió al desfile. La canciller alemana, Angela Merkel, también evadió la invitación rusa, y no estuvo presente el sábado. En cambio, visitó Moscú ayer, y allí volvió a pedir que se respete el alto el fuego en Ucrania. Sí participaron en el desfile una veintena de dirigentes de otros países. En la tribuna sobre el Mausoleo de Lenin, en la emblemática Plaza Roja, estuvieron los presidentes de China, Xi Jinping, de Cuba, Raúl Castro, de Venezuela, Nicolás Maduro, y de India, Pranab Mukherjee, entre otros gobernantes, y el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.

Desfilaron por Moscú 16.000 soldados y unos 200 ejemplares del más moderno armamento pesado. La estrella del desfile fue el tanque Armata T-14, uno de los más potentes del mundo. Además, miles de personas de todo el país formaron un multitudinario cortejo por el centro de la ciudad hacia la Plaza Roja, mostrando retratos de sus familiares que combatieron o murieron en la guerra. El propio presidente ruso llevó la imagen de su padre.

La visita del presidente chino fue la oportunidad de reafirmar la alianza entre ambos gigantes y de firmar unos 40 acuerdos, en los ámbitos energético, aéreo, financiero y espacial. Xi Jinping destacó esa “fuerte amistad”, “nacida en los combates” de la Segunda Guerra Mundial, cuando Rusia combatía a Alemania y China sufría la agresión japonesa. Cerca de 25 millones de rusos murieron durante la guerra y más de 20 millones de chinos, según números de esos países.

En un discurso Putin pidió “recordar que es el ejército ruso el que, tras un asalto a Berlín, puso punto final a la guerra contra la Alemania hitleriana” y agregó: “La Unión Soviética participó en las batallas más sangrientas”. También tuvo palabras conciliadoras. “Agradezco a los pueblos de Reino Unido, Francia y Estados Unidos su contribución a la victoria. Doy las gracias a los [...] antifascistas que participaron en los combates contra los nazis en las filas de la resistencia y en la clandestinidad”, dijo.