El 5 de julio los porteños elegirán entre cinco fórmulas que terminaron de definirse en los últimos días y de las que saldrá el próximo jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires. La favorita, la del partido que gobierna la ciudad, Propuesta Republicana (Pro), estará integrada por el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el senador Diego Santilli. En segundo lugar, según los votos que obtuvo en las primarias, aparece el frente Energía Ciudadana Organizada (ECO) con el ex ministro de Economía Martín Lousteau, ahora integrante de la Coalición Cívica, junto al diputado Fernando Sánchez, del mismo partido. La tercera fórmula, y la última que se completó, estará liderada por Mariano Recalde, del kirchnerista Frente para la Victoria. Recalde anunció ayer que su candidato a vicepresidente será el radical disidente Leandro Santoro, un politólogo profesor de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Santoro “no sigue el camino de los atajos, sino el de la política en serio”, dijo Recalde al anunciar la fórmula ayer en un acto en las escalinatas de la UBA. Agregó que eligió a un radical para “ampliar, para ser una verdadera alternativa en la ciudad”. Allí los resultados del kirchnerismo en las primarias no estuvieron a la altura de lo esperado.

Por su parte, Santoro dijo que “es un orgullo, un desafío” ser candidato, y también dijo que le da “mucha pena” luego “de haber militado tantos años en el radicalismo”, que la Unión Cívica Radical (UCR) haya hecho un acuerdo con un espacio como el Pro. Se refería a que el líder del Pro, Mauricio Macri, participará en una interna junto al líder de la UCR, Ernesto Sanz, y a la dirigente de la Coalición Cívica Elisa Carrió. Esa alianza causó divisiones entre los radicales, y la fórmula de Recalde y Santoro es una de sus consecuencias.

Los medios opositores también recordaron las críticas del radical hacia el kirchnerismo y hacia Recalde. La página web del diario La Nación publicó ayer los tuits que escribió entre 2012 y 2013 contra de gobierno kirchnerista. “Cuando lean las declaraciones patrimoniales de los funcionarios K, de mínima, donde dice $ piensen en US$... Y aun así se quedan cortos”, dice uno de ellos, publicado por Santoro en noviembre de 2013. También volvieron a salir a flote declaraciones en las que decía que le era indiferente ser candidato o no junto a Recalde.

Santoro explicó que si bien “la estructura partidaria” de la UCR “acompaña” a Sanz, no es el caso del “pueblo radical”, que se divide en dos sectores: “uno que acompañó desde sus orígenes” al kirchnerismo “y otro que tiene algunas críticas”. Se incluyó en este último sector y dijo que esas dos tendencias quedan representadas con la fórmula anunciada ayer, gracias a la cual podrán “discutir política”.

Con posibilidades bastante menores, también siguen en la carrera por la jefatura de gobierno porteña las fórmulas de Myriam Bregman y Luis Castillo, del Frente de Izquierda y de los Trabajadores, y de Luis Zamora y Sergio Sallustio, de Autodeterminación y Libertad.

Provincia por definir

Mucho menos definido está el panorama en la provincia de Buenos Aires, un territorio electoral clave en la política argentina, que representa 40% de los votantes y produce casi la misma proporción del Producto Interno Bruto nacional.

En ese territorio la atención está puesta en particular en el kirchnerismo, ya que a éste responde el gobernador saliente y precandidato presidencial, Daniel Scioli. El miércoles ese sector tuvo su primer acto de lanzamiento de una candidatura a gobernador, la del actual jefe de gabinete, Aníbal Fernández, que hasta febrero fue senador. Fernández, que ya fue secretario general de Presidencia, ministro de Justicia y del Interior, y ocupó la jefatura de gabinete entre 2009 y 2011, también fue intendente de Quilmes, en la provincia de Buenos Aires, durante la primera mitad de la década de 1990.

Aunque no oficializaron sus candidaturas, hay otros kirchneristas aspirantes a dirigir esta provincia. Es el caso del intendente de Berazategui, Patricio Mussi, del intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, del titular de la Agencia Nacional de Seguridad Social, Diego Bossio, y del presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez.

Son varios los dirigentes oficialistas que abogan por reducir el número de candidatos para las primarias del 9 de agosto en Buenos Aires. Uno de ellos es Aníbal Fernández, quien dijo que lo ideal sería que hubiera “tres o cuatro” candidatos kirchneristas a gobernar la provincia.

Acerca de su compañero de fórmula, que aún no se definió, dijo que le pidió a la presidenta Cristina Fernández que “en función de la decisión política del momento” lo oriente “hacia quién le parece que sería el mejor compañero”. La candidatura del jefe de Gabinete implica a su vez un precandidato kirchnerista menos para las presidenciales, a las que él apuntaba hasta hace poco, y que presentan un escenario en el que sobran competidores.

El otro partido con peso en la provincia es el Frente Renovador (FR) del precandidato a presidente Sergio Massa, que como ex kirchnerista e intendente de Tigre tiene una red de apoyos en esa provincia clave para ganar a nivel nacional. Sin embargo, la campaña de Massa para extender su presencia más allá de Buenos Aires desencadenó una crisis interna en su partido, y los medios argentinos se hacen eco de los descontentos y amenazas de deserción de algunos de sus aliados. Éstos le recriminan que desatiende la provincia y que la campaña carece de organización. Como consecuencia, el partido que representa la mayor amenaza para el kirchnerismo en Buenos Aires aún no tiene candidatos claros. El diputado Darío Giustozzi quiere buscar la gobernación, y su ambición choca con la posibilidad de una interna con el empresario Francisco de Narváez. A esta candidatura se oponen Giustozzi y sus allegados; quieren que el diputado sea el único candidato del FR en agosto. Otros no están de acuerdo, y surgió una tercera candidatura, la de la diputada bonaerense Mónica López.

Aunque todo parece estar saliendo bien para Macri y su carrera hacia la presidencia, en la provincia de Buenos Aires el Pro no goza de condiciones favorables como en la ciudad de Buenos Aires. Para empezar, el partido no podrá competir en esa circunscripción bajo el nombre Propuesta Republicana debido a impedimentos legales que lo llevaron a perder su personería jurídica, según definió el martes la Junta Electoral bonaerense. Por lo tanto, de acuerdo con la agencia de noticias estatal Télam, el macrismo (que tiene una única candidatura que parece firme, la de María Eugenia Vidal, la vicejefa del gobierno porteño) evalúa presentarse en el marco de un frente con otras organizaciones políticas todavía por definir. Podría llamarse “Juntos por Buenos Aires”.