“Ahora no sólo los hago reír, sino que empezaron a escucharme”, dijo sobre su carrera política Miguel del Sel, conocido por su participación en el trío humorístico argentino Midachi. Electo diputado en representación de Santa Fe en 2011 por Propuesta Republicana (Pro), el partido del jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, está ahora en su tercera campaña política en la provincia en la que nació hace 54 años. En 2011, cuando intentó por primera vez alcanzar el cargo de gobernador de Santa Fe sorprendió al pisarle los talones al actual gobernador saliente, el socialista Antonio Bonfatti.

Ahora, en las elecciones primarias del 19 de abril, Del Sel fue el candidato más votado, con 536.480 sufragios, y superó los 533.087 que obtuvieron en total los dos candidatos del Frente Progresista Cívico y Social, el socialista Miguel Lifschitz -el segundo más votado- y Mario Barletta, candidato de la Unión Cívica Radical.

Según dijo Del Sel al diario La Nación, su éxito no se debe tanto a él mismo sino al fracaso de las gestiones anteriores. “Terminaron obligando al humorista a meterse en este quilombo”, dijo. Su principal competidor, Lifschitz, pareció darle la razón al analizar el resultado de las primarias en la radio LT8 Rosario. “Cuando tenemos una dolencia y el médico no nos da la respuesta que queremos vamos al curandero, para ver si en una de ésas encuentra una solución”, dijo. De hecho, Bonfatti y Hermes Binner (el anterior gobernador socialista) son médicos de profesión.

Del Sel confía en el humor para seducir a los votantes. Uno de sus videos de campaña, publicado en marzo, es una clara muestra del estilo que le dio a su campaña. En las imágenes, que se pueden ver en Youtube, aparece el candidato hablando con trabajadores sobre un supuesto asado que compartirán en su próxima visita. Cuando éstos le piden que invite él, Del Sel responde: “¿Qué querés? ¿Que venga con putas también? Voy a ser gobernador, no fiestero”.

Buen tipo

Hace pocos días, consultado sobre las medidas que impulsaría en educación, su respuesta recibió cuestionamientos de todos sus adversarios. “Mi viejo me metía unos cintazos espectaculares y yo salí buen tipo. Cuando me porté mal en la escuela San Cayetano [de Rosario] vino el cura y me llevaron a la dirección y me dieron dos varillazos en las patas. Terminé abanderado. Hoy los padres están muy permisivos con sus hijos. Por ahí viene el hijo y escupe al padre, y dice: ‘Pero es que es chico’. Metele un buen cocazo y no jode más”, dijo Del Sel. “Donde el pibe se porta mal, amonestaciones. Y, si no, rajarlo del colegio y que pierda el año y que tenga que volver la normalidad para ordenar esto, que yo digo que es una rueda que se ha desencajado en la Argentina”, insistió en un programa de la emisora rosarina Televisión Regional.

La diputada kirchnerista Mara Brawer, autora de un libro sobre violencia escolar, recordó que “el castigo físico” va en contra de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, por lo que “siempre debe ser repudiado”, y dijo que “una vez más queda claro que apenas se indaga un poco, el Pro muestra su verdadera naturaleza de violencia y de expulsión”. Además, la diputada estimó: “Que un candidato a gobernador de una provincia argentina hable de ‘cintazos’ y de darle ‘un buen cocazo’ a un chico como el método apropiado para educarlo es un retroceso total y una muestra del peor autoritarismo”. Por su parte, Lifschitz opinó: “La verdad es que hubo etapas en las que esas cosas se daban, y que uno las da por superadas, pero veo que Del Sel no. Creo que la autoridad se puede marcar sin la violencia”.

Desde el Pro, uno de los únicos que respaldaron en esto al cómico devenido político fue el primer vicepresidente de la Legislatura porteña, Cristian Ritondo. “Cuestionar a Del Sel por una expresión sin recordar que fue un excelente docente es sacarlo de contexto”, dijo en referencia a que el candidato se recibió de profesor de Educación Física.

Días antes Del Sel había protagonizado otra polémica, surgida en un encuentro con empresarios. “No es que esté en contra del empleo público; lo que creo es que las personas están para mucho más que ser empleados públicos”, declaró. Más tarde aclaró en un comunicado de prensa que valora y estima la tarea de los empleados públicos. “Tengo un gran afecto por el sector. Mi viejo fue empleado del Banco Nación toda su vida y allí se jubiló. Crecí viéndolo trabajar con alegría, dignidad y orgullo. Mi primer trabajo, a los 16 años, fue en el banco y después trabajé en la antigua Agua y Energía Eléctrica, tirando cables y cavando pozos. Incluso en esa empresa se jubiló mi madre. Tengo amigos, familiares y vecinos que dejaron sus mejores años trabajando en la administración pública. No necesito que nadie me cuente lo que significa trabajar en el Estado”, dijo.

A raíz de esta última polémica, dijo a la emisora Radiópolis que sus buenos resultados electorales les preocupan a quienes no quieren “perder el poder” y a otros que quieren tenerlo, y que por eso se armó una campaña mediática para “perjudicarlo”. Por eso lo vinculan con el neoliberalismo, agregó.

“Sé que hay una campaña armada, quieren hacer creer que yo represento a los 90”, dijo. Se refirió a la controversia que generaron sus dichos sobre los empleados públicos y señaló que él había querido referirse “a los miles de empleados políticos [cargos de confianza] en la administración pública, que es plata que tendría que estar en obra pública”. Concluyó: “Parece que digo algo y lo tiran para el otro lado”.

También se critica a Del Sel porque no es un político de carrera o por falta de conocimiento de la provincia a la que aspira a gobernar. Ya a fines de 2013 su ex compañero de Midachi Dady Brieva dijo que “ni en pedo” votaría por él. “A Miguel lo respeto, pero es un necio que no sabe con qué limita el norte de la provincia de Santa Fe. Ahora, es también un tipo que a los 50 años se separó, tiene tres hijas que van a la universidad y en vez de hacer la plancha y vender vacas se metió en la política, entonces yo pienso ‘qué loco’. Por eso lo respeto”, agregó.

Del Sel respondió a estas críticas rodeándose de un contundente equipo de campaña. “Dijeron que era un payaso, que soy un chiste y otras cosas más. Yo estuve 32 años haciendo humor. Eso está claro. Pero no me disfrazo de candidato. Soy lo que soy: un profe de Educación Física, un humorista y también un candidato. No le miento a la gente. Me pregunto una cosa: ¿un abogado o un médico está más capacitado que yo? Durante este tiempo me he rodeado de más de 400 especialistas que elaboraron propuestas muy profundas”, dijo a La Nación.

Más allá de las polémicas y los cuestionamientos, Del Sel, con su campaña basada en eslóganes como “No hay que robar” y “Cuento lo que veo y digo lo que siento”, es el favorito para la elección del 14 de junio. Entonces se sabrá si Lifschitz tenía razón cuando dijo que en esa instancia el macrista no tendría tanto éxito como en las primarias porque “finalmente terminamos en el médico, porque es el que nos da más confianza y certezas”.