La jornada del sábado reflejó el cambio político que vive España tras las elecciones municipales y autonómicas que se realizaron hace tres semanas. Graficó muy claramente la pérdida de poder del Partido Popular (PP), que fue el más votado pero dejó de gobernar en decenas de municipios, y también del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que gobernará en solitario en un único municipio; también dejó imágenes novedosas para España, como la de alcaldes que después de asumir bajaron a las plazas a saludar a sus militantes.

Tres datos muestran que, al menos en principio, la política española vive un cambio importante. Uno es que cuatro de las cinco ciudades más pobladas de España (entre ellas, Madrid y Barcelona) serán gobernadas por plataformas de izquierda, cuyo mayor exponente es Podemos. Otro es que las elecciones de 2011 permitieron que en 38 capitales provinciales se formara un gobierno de partido único, pero en éstas se votó en 52 capitales y sólo en dos el gobierno es formado por un único partido (es el caso de Ceuta y de Soria, capital de la comunidad autonómica homónima, y Ceuta, donde ganaron el PP y el PSOE, respectivamente). El último es que solamente en dos de las diez ciudades más pobladas de España fue reelecto el alcalde (en Bilbao y Málaga).

Podemos y otras plataformas ciudadanas de izquierda irrumpieron en el escenario político español, quizás no con la fuerza que ellos pretendían, ya que necesitaron alianzas para llegar a los gobiernos municipales, pero sí con la posibilidad de decidir a quién darle el poder y marcando la cancha para las elecciones generales de fin de año.

Hacia delante

Las asunciones dejaron imágenes de sonrisas y apretones de mano, pero fueron apenas un impasse en el año electoral que vive España. En las autonomías continúan las negociaciones entre las distintas agrupaciones, mientras que cada partido busca la mejor estrategia con miras a las elecciones generales.

En Podemos se realizarán esta semana varias reuniones, después de que muchas de sus agrupaciones pidieran al partido que se abra la puerta a la posibilidad de confluir con otras fuerzas para las generales. Los portales de noticias Público y El Diario informaban ayer que esta semana habrá una reunión entre el líder de Podemos, Pablo Iglesias, y su homólogo de Izquierda Unida, Alberto Garzón. Este último ha instado a Podemos a unirse en una coalición para las generales, una propuesta que hasta ahora ha sido rechazada por la cúpula de Podemos, aunque algunos sectores la reclaman.

Si bien las negociaciones en los municipios -y las que continúan en las comunidades autónomas- dejaron una sensación de satisfacción en la izquierda, no se descarta la posibilidad de que haya fracturas en el corto plazo, sobre todo en las autonomías. En los próximos meses deberán votarse los presupuestos y es más que probable que se generen encontronazos entre los partidos aliados. Además, esta votación coincidirá con la campaña electoral que definirá quién será el próximo presidente español.

El PP ya parece haber definido que parte de su estrategia pasará por atacar al PSOE por haber permitido que los “radicales” lleguen al gobierno en municipios y autonomías. Eso es lo que han hecho algunos de sus líderes en la última semana. Por su parte, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, instó a sus dirigentes locales a seguir una política moderada y de responsabilidad. Los socialistas “no saldrán de su programa socialdemócrata y reformista”, aseguró ayer el secretario general de los socialistas de Valencia, Ximo Puig.