“Este problema no va a desaparecer, sino que se va a acelerar”, dijo el presidente estadounidense, Barack Obama, acerca de los riesgos que corre su país de sufrir ciberataques. En conferencia de prensa, el mandatario dijo que los estadounidenses tendrán que ser “mucho más agresivos y estar mucho más atentos” ante esos ataques, porque los sistemas informáticos “antiguos” que hay en el sector privado y público presentan “vulnerabilidades significativas”. El presidente aprovechó la ocasión para pedirle al Congreso que respalde una ley de seguridad informática que es impulsada por su gobierno.

En esta conferencia, el lunes, Obama evitó vincular a China con el ataque cibernético que sufrió la Oficina de Administración de Personal del gobierno, que ocurrió en diciembre y fue detectado en mayo. Funcionarios de la Casa Blanca dijeron al diario The Washington Post bajo condición de que no se publicara su nombre, que se sospecha que el ataque fue realizado por piratas informáticos chinos. Según esas fuentes, China está construyendo “bases de datos masivas” con información de estadounidenses.

Hasta ayer era la única hipótesis que se manejaba de forma pública sobre qué objetivo tenía el ataque cibernético, una de las líneas que sigue una investigación que está realizando el FBI. Por su parte, también citando fuentes sin dar su nombre, el diario The New York Times señalaba una hipótesis similar: en una “nueva era en el ciberespionaje” los hackers roban “enormes cantidades de datos sin un motivo claro”.

El presidente del comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, Michael McCaul, fue uno de los pocos que dijo públicamente que todo indica que fue China la responsable del ataque. “Esto fue un ataque de China contra el gobierno de Estados Unidos, y se trata de espionaje. Eso plantea todo tipo de asuntos con los que tenemos que lidiar”, advirtió.

En los últimos años la relación entre China y Estados Unidos atravesó momentos de tensión debido a acusaciones mutuas sobre la autoría de los ataques informáticos que han sufrido ambos países.