En Colombia se conoce como “falsos positivos” los asesinatos de civiles cometidos por militares para presentarlos como guerrilleros muertos en combate. A cambio de esas supuestas victorias, los militares recibían días libres y otros beneficios. Los falsos positivos implicaron la muerte de unos 3.000 civiles, algunos reclutados con promesas de empleo, entre 2002 y 2008, durante el gobierno de Álvaro Uribe. Cuando esto se descubrió, varios militares fueron llevados ante los tribunales, una mayoría de soldados y algunos oficiales, casi todos de bajo rango. Ahora, la organización civil Human Rights Watch (HRW) aboga por que sus superiores jerárquicos también sean juzgados.

Ayer HRW presentó el informe “El rol de los altos mandos en los falsos positivos”, en el que según la organización se presenta información que “sugiere de manera convincente que numerosos generales y coroneles sabían o deberían haber sabido sobre los casos de falsos positivos, e incluso podrían haberlos ordenado o facilitado activamente su comisión”. Agrega que “los oficiales del Ejército que estaban al mando cuando sucedieron las ejecuciones han conseguido eludir la acción de la Justicia e incluso han ascendido a los niveles más altos del mando militar, incluidos los actuales comandantes del Ejército Nacional y de las Fuerzas Militares”. Tanto el comandante de las Fuerzas Militares, Juan Pablo Rodríguez, como el del Ejército, Jaime Lasprilla, negaron su responsabilidad y manifestaron que no han sido acusados por esos hechos.

El presidente Juan Manuel Santos, que fue ministro de Defensa de Uribe, exigió ayer: “Que no vengan a señalarlos y a causarles un daño enorme sin ninguna justificación, sin ninguna documentación”. A su vez, Luis Carlos Villegas, el nuevo ministro de Defensa, dijo que es “peligrosa” la tesis de que los altos mandos “se contagian de los delitos que los subalternos hayan cometido”. Por su parte, José Miguel Vivanco, uno de los directores de HRW, argumenta que aceptar que los crímenes fueron cometidos sin que los superiores se enteraran “desafía criterios de la lógica más elemental”.