El Partido Justicia y Desarrollo (AKP), que gobierna Turquía, fue ratificado en las elecciones de ayer como el más votado; sin embargo, los festejos fueron del izquierdista y pro kurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP). El crecimiento del HDP fue uno de los principales motivos de la caída del islamista moderado AKP, que perdió ayer la mayoría parlamentaria que necesitaba para emprender reformas constitucionales. Con éstas quería aumentar el poder del presidente, cargo que hoy ocupa el ex primer ministro y fundador del partido Recep Tayyip Erdogan.

Los festejos electorales, con bailes y fuegos artificiales, se centraron ayer en Diyarbakir, que en los hechos es la capital de la población kurda de Turquía. Allí, uno de los copresidentes del HDP, Selahattin Demirtas, descartó la posibilidad de que su partido integre una alianza de gobierno. “Hemos prometido no formar una coalición con el AKP. No los apoyaremos ni desde fuera ni desde dentro. Nos espera un rol de oposición honrada y de calidad”, dijo, según citó la agencia de noticias Efe. El dirigente, además, consideró que el proceso de paz que llevó a una tregua de más de dos años entre el gobierno y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, que es ilegal en Turquía, contribuyó al crecimiento del HDP, que reunió 12,9% de los votos.

Según los datos del escrutinio oficial completo, divulgados ayer, el AKP cayó de 326 a 255 escaños; el socialdemócrata CHP pasó de 133 a 135, el nacionalista MHP creció de 53 a 82, y el HDP tuvo el mayor crecimiento: de 36 a 80 diputados, informó Efe. Las encuestas preveían que el oficialismo podía perder la mayoría absoluta con la que contaba desde 2002, pero la caída fue mayor de lo previsto, de 9%. Con este resultado, el AKP liderado por Erdogan puede gobernar en minoría o buscar pactos, que hasta ayer parecían lejanos.