En agosto de 2011, a los 33 años, Florencia Laura Reinhold Siver recuperó su identidad. Se había practicado los análisis de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos de Argentina porque tenía dudas al respecto, y sus sospechas se confirmaron. Supo entonces que quienes la criaron no eran sus padres biológicos, y que era la hija de Susana Siver, que fue secuestrada por la dictadura el 14 de agosto de 1977, cuando tenía 21 años y estaba embarazada de cuatro meses, y de Marcelo Reinhold, de 22 años, detenido algunas horas después.

Siver y Reinhold habían militado en la Juventud Universitaria Peronista de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y después ingresaron a la organización Montoneros, recordó el diario La Nación. Los dos fueron trasladados al centro de detención y tortura que funcionaba en la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma) y hasta hoy siguen desaparecidos.

Según testimonios de sobrevivientes de la Esma, el 16 de enero de 1978, Florencia nació por cesárea en el Hospital Naval de Buenos Aires. A los 15 días fue entregada al matrimonio de Juan Carlos Lavia y Serafina Marchese, que la anotaron como si fuera su hija biológica el 10 de febrero bajo el nombre de María Florencia Lavia, informó la agencia de noticias estatal Télam.

Por apropiarse de la niña, el Tribunal Oral Federal 5 condenó a ocho años de prisión a Lavia; a seis años y seis meses a Marchese; y a cinco años al médico Francisco de Luca, que firmó la partida de nacimiento falsa en la que consta que la niña nació en la casa de sus apropiadores, informó Página 12. Fueron condenados, entre otros delitos, por “ocultamiento, retención y alteración del estado civil de un menor de diez años”. Cumplirán sus condenas una vez que éstas queden firmes.

La organización Abuelas de Plaza de Mayo pedía, como querellante en la causa, diez años de prisión para los indagados. Florencia es la nieta recuperada 105.