La Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por su sigla en inglés) ya no puede almacenar las comunicaciones realizadas en Estados Unidos. Esta situación comenzó a las 0.01 de ayer, aunque podría cambiar hoy. Ésta es otra de las consecuencias de las revelaciones que hizo el ex analista de esa agencia de inteligencia estadounidense Edward Snowden, que dio a conocer el programa de escuchas y almacenamiento masivo de datos en junio de 2013.

El senador por Kentucky y candidato a presidente en la interna republicana Rand Paul convirtió en su principal tema de campaña la defensa de la vida privada de los estadounidenses, después de que las revelaciones de Snowden tuvieran un fuerte impacto en la opinión pública. En ese marco, Paul llegó al punto de oponerse a cualquier tipo de prórroga de la famosa Acta Patriótica, una ley que fue aprobada después de los atentados que sufrió Estados Unidos en 2001 y que expiraba ayer. “Lamentablemente, algunos intentan utilizar el debate para marcar puntos políticos”, lamentó Obama el sábado, en referencia a Paul.

Lo que estaba en juego era la aplicacion del artículo 215, que habilita la recolección de datos. Gracias a esa práctica, la NSA podría recolectar y archivar datos sobre todas las comunicaciones del país: la hora en que tuvieron lugar, la duración y los teléfonos involucrados.

A principios de mayo, una corte de apelación consideró que ese programa es ilegal, y antes, un grupo de trabajo constituido por orden de Obama en respuesta a las revelaciones de Snowden había concluido, en diciembre de 2013, que la recopilación masiva de datos, tal como se estaba llevando a cabo, no era útil.

“No nos podemos permitir ahora” reducir la vigilancia, “cuando vemos los espantosos ataques terroristas y la violencia perpetrada a través de todo el mundo”, advirtió el domingo el director de la CIA, John Brennan.

A pesar de que apoya una reforma de la vigilancia en el país, Obama también había advertido: “Es un asunto de seguridad nacional [porque agrupaciones] terroristas como Al Qaeda o Estado Islámico no van a dejar de preparar tramas contra nosotros a partir de la medianoche [del domingo]. Y no deberíamos entregarles las herramientas que nos mantienen seguros. Sería irresponsable. Sería imprudente. Y no debemos permitir que ocurra”.

De noche, cuando ya no había esperanza de que los senadores, reunidos en una sesión extraordinaria, lograran una acuerdo, la Casa Blanca pidió en un comunicado que el parate del programa de vigilancia sea “lo más corto posible”.

El domingo quedó establecido que la ley que sustituirá al Acta Patriótica, llamada USA Liberty Act, contará con la mayoría necesaria para ser aprobada, ya que el domingo obtuvo 77 votos a favor y 17 en contra, bastante más que el mínimo de 60 necesario para su aprobación. Aunque Paul manifestó “reparos”, se resignó a que el nuevo texto sea aprobado; sin embargo, se negó a que mientras la nueva norma -que ya fue aprobada por los diputados- siga en trámite en el Senado, pueda extenderse por unos días la vigencia del Acta Patriótica.

La USA Liberty Act prevé que la NSA ya no sea la que archive las conversaciones, sino que éstas sean conservadas por las empresas de telefonía, a las que se les podrá solicitar los datos en caso de que sea necesario. El Senado podría aprobar la nueva norma hoy, y esto implica que la NSA podrá continuar con su programa de escuchas masivo hasta que las empresas privadas estén en condiciones de hacerse cargo de conservar los datos.

La suspensión del programa de recolección fue una derrota no sólo para la poderosa NSA, sino también para toda el ala del Partido Republicano más favorable a las políticas de seguridad, con el líder de su mayoría en el Senado, Mitch McConnell, en primera fila.

La Unión Estadounidense de Libertades Civiles, una potente organización de la sociedad civil (más conocida por su sigla en inglés, ACLU) se alegró con la suspensión y manifestó en Twitter: “Aunque sea temporaria, es gracias a Edward Snowden”. Sin embargo, la NSA tiene otras muchas herramientas de vigilancia, y esta suspensión sólo se aplica al territorio estadounidense, por lo que las escuchas masivas de esa agencia en el resto del mundo siguen en pie.