Para él también

Jean-Marie Le Pen, el cofundador del Frente Nacional (FN), presentó un recurso ante la Justicia contra la decisión de su partido de suspenderlo en su calidad de integrante. El dirigente histórico, cuya hija, Marine, lidera el FN, fue hasta mayo el presidente de honor del partido de la ultraderecha francesa. Ante la Justicia manifestó que discrepa con la interpretación que hizo el comité ejecutivo del FN de los estatutos, al suspender su militancia. El partido tomó esa decisión debido a las declaraciones polémicas reiteradas de Le Pen, algunas de las cuales minimizan el holocausto. Esta sanción desató una fuerte crisis en la interna del partido que parecía haberse calmado en las últimas semanas.

Florian Philippot es visto como el artífice de la “desdiabolización” del Frente Nacional (FN), el proceso de cambio de imagen que impulsa este partido francés de ultraderecha, y es el colaborador más cercano de su presidenta, Marine Le Pen. Después de los atentados islamistas que hubo en París en enero, Philippot fue una de las voces que salió a criticar los vínculos de Francia con Qatar y otros países que, según él, financian el terrorismo. En declaraciones especialmente duras y tajantes había dicho que esa monarquía petrolera es uno de “esos países que financian el islamismo asesino” y había pedido que Francia reviera su política exterior.

La denuncia contra Philippot se debe a esas declaraciones, según explicaron a la agencia de noticias AFP los abogados de Qatar que la presentaron, Jean-Pierre Mignard y Francis Szpiner. Señalaron que éstas se hicieron “cuando Francia estaba de luto” y que el dirigente del FN hizo “asimilaciones infundadas y grotescas”.

En un comunicado, Qatar explicó además, según la radio pública France Info, que “no tenía otra opción que defender su nombre ante los tribunales franceses”, porque su reputación y la de sus ciudadanos están en juego.

Philippot, que es diputado europeo y vicepresidente del FN, no dejó pasar la oportunidad de destacar el carácter inusitado de la iniciativa de Qatar, porque los estados no suelen denunciar a representantes políticos en el exterior por sus declaraciones. Pero además, al comentar ayer la noticia, Philippot redobló la apuesta e insistió en sus ataques al país.

“Qatar no me hará callar. Una dictadura islamista no debe dictar a los franceses lo que tienen derecho a decir. ¡Llamado a los demócratas!”, publicó en la red social Twitter.

En el canal BFM TV y en varios otros medios, el dirigente dijo que mantiene lo dicho en enero. “Mañana es el conjunto de las dictaduras que van a poder atacar a los políticos, las ONG, los defensores de los derechos humanos. Que Qatar no cuente conmigo para callarme sobre el islamismo y su responsabilidad en ese ámbito”, advirtió. Además, denunció que la monarquía petrolera puede estar actuando en acuerdo con el gobernante Partido Socialista y el partido de derecha Los Republicanos (LR, del ex presidente Nicolas Sarkozy), debido a los abogados que impulsan la denuncia. Mignard ya asesoró al presidente socialista François Hollande, y Francis Szpiner está vinculado a LR.

Qatar mantiene estrechas relaciones con Francia desde hace años. Esa cercanía tiene su mayor expresión en el ámbito económico en el hecho de que el club de fútbol Paris Saint-Germain pertenece a fondos cataríes, pero va mucho más allá, ya que Qatar adquirió hoteles, centros comerciales y acciones de empresas emblemáticas de Francia.