Las malas previsiones sobre la marcha de la actividad económica en Estados Unidos se materializaron el viernes 29. La mayor economía del mundo sufrió una contracción de 0,7% en el primer trimestre del año, según la segunda revisión dada a conocer por el Departamento de Comercio de ese país. La cifra está ocho décimas por debajo de lo previsto inicialmente por el mismo organismo de gobierno, pero la contracción no fue tan profunda como esperaba el consenso de analistas y operadores privados.

La caída en el Producto Interno Bruto (PIB) estadounidense es de casi 0,2% si se la mide respecto al trimestre inmediato anterior. La debilidad del crecimiento en el comienzo de 2015 podría, según especulan varios analistas, justificar que la Reserva Federal aplace hasta setiembre el largamente anunciado primer aumento de las tasas de interés en nueve años.

Al mismo tiempo, esta revisión del dato de crecimiento ocurre en un momento en que la Oficina de Análisis Económico espera corregir las cifras del PIB de los últimos años, citando “errores metodológicos” que podrían haber provocado lecturas más bajas de lo previsto en el pasado.

Es la tercera vez que la economía de Estados Unidos verifica una tasa negativa en la variación del PIB desde el fin de la recesión vivida por la quiebra de parte del sistema financiero. Esas oportunidades se dieron en el primer trimestre de 2011, en coincidencia con el estallido de la crisis de la deuda soberana en Estados Unidos, y después en el primer trimestre de 2014, cuando el PIB cayó 3% anualizado, por el efecto de intensas nevadas.

Los factores que determinaron el cambio en las previsiones originarias son varios. La caída en el precio del crudo que se inició en la segunda mitad de 2014, así como el encarecimiento del dólar, determinaron una caída fuerte en los beneficios de las compañías petroleras, que sufrieron una baja de 5,9% cuando se comparan con el trimestre anterior y determinaron una menor inversión en el sector.

Pero la caída en la acumulación de inventarios se verifica en muchas empresas de diferentes sectores de actividad, lo que podría indicar menos demanda. Por otro lado, la suba del dólar determinó una caída de las exportaciones estadounidenses de 7,6%, a la vez que el consumidor se muestra cauto a la hora de decidir la compra de bienes durables. En este sentido, el incremento del gasto interno fue de 1,8%, sólo la mitad del incremento que se dio en el segundo semestre de 2014. El consumo de los hogares representa las tres cuartas partes del PIB de Estados Unidos, por lo que es importante conocer las razones que llevan a las familias a ahorrar el dinero liberado por la caída en el precio del combustible en lugar de comprar bienes y servicios.

También influyó de manera negativa el bloqueo a los puertos de la costa oeste del país, llevado adelante por trabajadores sindicalizados que reclamaban por la negativa de las patronales de pagar extra a los estibadores y operadores de terminales por trabajar en días feriados.

Después de que se difundiera el dato del primer trimestre del año, Janet Yellen, la presidenta de la Reserva Federal, dijo que espera que este “paso atrás” sea “transitorio” y confía en que la economía crecerá a un ritmo moderado en el resto de 2015. Aunque Yellen se mostró optimista, también dijo que el siguiente paso en el proceso de “normalización” de la política monetaria se dará “cuando esté convencida de que la economía y el mercado laboral pueden aguantar el encarecimiento del precio del dinero”. También aclaró que quiere estar segura de que la inflación volverá al nivel de 2% en el mediano plazo.

Según trascendió en medios periodísticos de Estados Unidos, las actas de la última reunión de la Reserva Federal (Fed), realizada el 29 de abril, indican que el número de integrantes de esa entidad partidarios de una subida en las tasas en junio fue menor que en la cita anterior del organismo, en marzo. Sólo unos pocos miembros de la Fed consideraron en esa oportunidad que los datos macroeconómicos registrarían una mejoría suficiente para que este organismo, equivalente al banco central del país, aplicara una suba en las tasas de interés, que se mantienen en mínimos de entre 0,25% y 0% desde diciembre de 2008 buscando apoyar la actividad económica.

Hasta ahora, Yellen ha insistido en que las decisiones deben adoptarse tomando en cuenta los datos disponibles en cada reunión. Si es así, la información sobre la actividad publicada el viernes podría convencer a varios de que retirar los estímulos -algo anunciado durante meses- es aún prematuro. Mientras tanto, el dólar en el mundo ha suavizado su alza, algo que podría confirmarse (o revertirse) si los datos económicos en el centro económico mundial siguen siendo decepcionantes.