Miguel Lifschitz es el ganador de las elecciones de gobernador de la provincia argentina de Santa Fe, informaron ayer los medios argentinos citando fuentes del Tribunal Electoral y del Frente Progresista Cívico y Social, la alianza que llevó como candidato a ese dirigente socialista. Las autoridades electorales todavía cumplían con algunos requisitos ayer antes de formalizar el anuncio.

El resultado tardó nueve días en conocerse debido a la votación muy pareja que lograron los tres principales candidatos: Lifschitz, el humorista y candidato de Unión Pro, Miguel del Sel, y el kirchnerista Omar Perotti, que reconoció su derrota el domingo. La diferencia de votos entre Lifschitz y Del Sel fue de apenas 1.776 votos, informó la agencia de noticias estatal Télam.

“Nuestro escrutinio provisorio nos da que estamos ganando por poquito. Si no reconocen estos números vamos a ir a la Justicia”, dijo la diputada provincial de Unión Pro Alejandra Vucasovich. También durante el escrutinio definitivo el macrismo reclamó que se abrieran todas las urnas, y así puso en duda los resultados que se alcanzaran.

Santa Fe es el cuarto distrito electoral argentino, tiene 9% del padrón nacional de votantes, y allí el macrismo esperaba conseguir una victoria con Del Sel, que llegó a tener la mayor intención de voto en las encuestas y fue el más votado en las primarias obligatorias. Sin embargo, el humorista no logró ganar la elección, y el socialismo, que gobierna la provincia desde 2007, accedió a un tercer gobierno consecutivo.

El oficialismo, además, logró otro período al frente de la intendencia de Rosario, y ganó 28 de las 50 bancas de la Cámara de Diputados santafesina. De los demás escaños, diez fueron para Unión Pro, diez para el kirchnerismo, que se presentó como Frente Justicialista para la Victoria, y dos para el Frente Social y Popular.

Si bien era el frente de Lifschitz el que ayer preparaba los festejos, también el kirchnerismo, que había caído en la provincia, se sentía ganador por el resultado de esta votación. Además, tenía para festejar la derrota que sufrió el macrismo, su principal rival en la competencia por el gobierno argentino.