“No estamos abandonando la meta ni diciendo que tenemos todo resuelto y que podemos gastar. Pese a que reducimos la meta, al mismo tiempo asumimos el compromiso de garantizar la disciplina fiscal”, dijo Levy, durante la conferencia de prensa que brindó el miércoles junto con el titular de Planificación, Nelson Barbosa. En esa instancia anunciaron dos medidas. Por un lado, el gobierno decidió reducir su objetivo de superávit fiscal primario, que pasará de 1,13% del Producto Interno Bruto (PIB) -unos 20.175 millones de dolares- a 0,15% -unos 2.660 millones-.

Por otro lado, se van a ahondar las medidas de ahorro. Sumando los anteriores y los nuevos recortes al gasto público, Brasil prevé ahorrar cerca de 24.300 millones de dólares. Hasta el miércoles el objetivo era ahorrar unos 21.700 millones, y ese día se le sumaron otros 2.600 millones que se van a descontar del presupuesto de todos los ministerios.

Estos anuncios se deben a que la recaudación bajó 2,87% en el primer semestre de 2015, mientras que la inflación subió a 9%, a lo que se suma que se espera una reducción de la actividad económica mayor a la prevista, probablemente de 1,7% del PIB. Además, el desempleo creció en junio por sexto mes consecutivo y está en 6,9%.

“No estamos cambiando de rumbo. Estamos ajustando las velas porque el tiempo cambió”, aseguró Levy, pero estas nuevas medidas afectarán a los programas sociales que el PT impulsa desde 2003.

“Lo hemos discutido y el PMDB apoyará esta nueva meta”, dijo Romero Juca, uno de los pesos pesados de ese partido en el Senado, según informó la agencia de noticias Reuters. “Las tensiones que vemos ahora son parte de una batalla política, pero nadie puede argumentar en contra de los números y de la realidad. Debemos revertir las cosas”, agregó. El apoyo del PMDB no era algo asegurado. Ese partido, el principal socio de gobierno del PT, ha dado señales serias de rebeldía en los últimos meses, al punto de que el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, se declaró opositor.

En ese marco, en las últimas semanas el Congreso aprobó medidas que van en contra de la línea de austeridad que implementa el gobierno, descuidando por ejemplo el presupuesto. En esa misma línea, Cunha consideró que el anuncio de la reducción de la meta “es una señal horrible al mercado”. Sin embargo, Juca dijo que “aplaude” esa decisión, porque ayuda a reconstruir la credibilidad del país.

“Hoy perseguimos el reequilibrio de las cuentas públicas, que es una parte esencial para que la economía se recupere. Ya tomamos un conjunto de medidas, y algunas están dando resultados, como es el caso del realineamiento de los precios [...] y el hecho de que ha habido un aumento de las exportaciones”, dijo la presidenta Dilma Rousseff. Agregó que éste es “un año de viento en contra, pero también es un año de posibilidades”. Rousseff concluyó: “Estamos actualizando las bases de nuestra economía y volveremos a crecer dentro de nuestro potencial. Nuestro objetivo es consolidar la expansión de la clase media porque queremos que Brasil sea un país de clase media y, al mismo tiempo, queremos competitividad con relación a los demás países”.