La ciudad de Potosí está aislada desde el lunes 6, cuando comenzaron una huelga y bloqueos de carreteras para reclamar al gobierno de Bolivia que atienda una serie de demandas locales. La movilización es promovida por el Comité Cívico Potosinista (Comcipo) y reclama, entre otras medidas, la construcción de tres hospitales, más carreteras, una planta hidroeléctrica, fábricas de cemento y de vidrio, un aeropuerto internacional. Según el gobierno, muchas de las demandas ya fueron atendidas o se encaminan a una solución, pero los dirigentes de Potosí no opinan lo mismo y exigen reunirse con el presidente Evo Morales, con la mediación de la iglesia católica.

El martes siete ministros esperaron durante casi dos horas a los representantes de Comcipo. Finalmente se reunieron, pero los dirigentes de Potosí insistieron en su demanda de que los reciba el presidente en las condiciones que ellos reclaman, informó la agencia de noticias Efe. El gobierno ha dicho que estos movimientos responden a “la derecha” opositora, e incluso ha insinuado que también son promovidos por Chile. “No sé quién estará detrás de algunos cívicos de Potosí. Yo puedo entender que están ahí algunos chilenos usando para confundir este mejor momento que está viviendo Bolivia gracias a la llegada del papa [Francisco al país]”, dijo días atrás Morales.

Después del fracaso en las negociaciones del martes, aumentaron las protestas. Mineros movilizados que viajaron de Potosí a La Paz detonaron cargas de dinamita contra los candados de una de las puertas del Ministerio de Gobierno, que equivale al del Interior. Así lograron entrar al patio y apedrear el edificio, y utilizaron la dinamita para defenderse de la Policía, que los enfrentó con gases lacrimógenos. En ese edificio se habían reunido varios ministros en otro intento de dialogar.

“Quiero denunciar el atentado contra los ministros; haber dinamitado el ministerio es un atentado contra los periodistas que estaban pacíficamente con sus cámaras. Están las imágenes”, dijo el vicepresidente Álvaro García Linera, según citaron Telesur y la agencia de noticias boliviana ABI. “Los dirigentes más agresivos no lo están haciendo por Potosí, lo están haciendo por cargos públicos”, y por eso cuando la “solución está tocando la puerta le dan la espalda”, dijo García Linera, y agregó: “Pese a los atentados y por Potosí volveremos a reunirnos con esos dirigentes violentos”.