El ministro de Cultura de Reino Unido, John Whittingdale, compareció la semana pasada ante el Parlamento y anunció que el gobierno revisará la dimensión, los contenidos y los objetivos de la cadena de radiotelevisión pública, BBC. Tras la exposición de Whittingdale la cadena emitió un comunicado en el que señala que el documento del gobierno propone “una BBC más disminuida y menos popular”. El texto agrega que “eso sería malo para el país y no sería la BBC que el público ha conocido y querido durante 90 años”, y anuncia que la cadena realizará “su consulta popular más grande hasta la fecha” para saber qué piensa su audiencia sobre una eventual reestructura.

A fines de 2016 expira el actual estatuto que regula la financiación y los gastos de la radiotelevisión pública británica, y éste ha sido el argumento esgrimido por el gobierno para justificar su revisión. Sin embargo, hay quienes tienen miedo de que afecte la libertad de expresión de la cadena, que ha sido calificada de “izquierdista” en reiteradas ocasiones por políticos tories en las últimas décadas. Uno de ellos es el propio Whittingdale, que fue asesor de Margaret Thatcher, integra el ala más conservadora de los tories y ya había criticado a la BBC por su tamaño y sus contenidos.

Actualmente la cadena cuenta con nueve canales nacionales de televisión, diez estaciones de radio y varios sitios web, algunos de los cuales exceden las fronteras británicas, como BBC Mundo y BBC Brasil. En su exposición ante el Parlamento, Whittingdale se preguntó si es necesario que la cadena siga informando desde y hacia afuera de Reino Unido. Además, la BBC promociona y vende sus contenidos a todo el mundo por medio de BBC Worldwide, que podría ser privatizada.

El ministro también cuestionó las compras de contenidos de espectáculo que realiza la BBC (citó el programa The Voice como ejemplo). Opinó que la cadena debería “ofrecer una programación diferenciada en todo el espectro de género” y no sumar contenidos que pueden consumirse en canales privados.

En cuanto a la forma de gobierno de la corporación, Whittingdale indicó que las autoridades de la cadena han estado “por debajo de los estándares exigibles” y calificó como deficiente el manejo de la BBC del escándalo por los abusos sexuales cometidos por su ex figura Jimmy Savile. En este sentido el gobierno pone sobre la mesa varias opciones, entre ella la de trasladar el consejo independiente que gobierna la cadena, el BBC Trust, a la Oficina de Comunicaciones, que es dependiente del Ejecutivo.

El financiamiento es otro de los puntos que serán evaluados. Actualmente la BBC se financia mediante un canon que se cobra anualmente a las casas que tienen televisión de 145,50 libras (227 dólares), informó la agencia de noticias británica Reuters. A comienzos de julio la cadena informó que despediría a 1.000 de sus 20.000 trabajadores porque su financiamiento había bajado debido a que cada vez son menos los hogares que tienen televisor. Una de las propuestas de Whittingdale es que a largo plazo pase a financiarse exclusivamente por suscripción.

La propuesta de reestructurar la cadena genera recelos en la BBC. Además del comunicado emitido por la cadena, su editor para temas británicos, Mark Easton, declaró en una entrevista con ese mismo medio que el impulso del gobierno podría estar vinculado con su cercanía a los medios privados. “Los grandes periódicos y la BBC ahora ocupan el mismo territorio y compiten por los mismos usuarios”, señaló, refiriéndose al avance de internet, y consideró que “comprensiblemente, a algunos medios comerciales les gustaría que la BBC se retirara de escena”.