La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), que organiza la marcha que recorrió 700 kilómetros en diez días, convocó el lunes a un “levantamiento” de las comunidades y pidió que se rectifiquen reformas en curso, entre ellas un proyecto de enmiendas constitucionales impulsado por el Ejecutivo, que permiten la reelección indefinida para los cargos sometidos al voto popular. La Conaie considera que el presidente Rafael Correa puede usar esa reforma para “perpetuarse en el poder”. Jorge Herrera, presidente de esa confederación, dijo ayer, cuando la marcha llegó a la capital: “El levantamiento es democrático y pacífico, pedimos corrección de políticas y actuaciones del presidente Correa”.

Entre las otras enmiendas que impulsa el gobierno, está la que habilita a las autoridades regionales y locales a convocar consultas populares sobre temas de su competencia.

La Conaie también pide que se derogue la Ley de Aguas y se archive un proyecto sobre la propiedad de la tierra, porque ambos centralizan las autoridades que rigen esos ámbitos y les sacan poder a las autoridades locales y comunitarias. Algunos líderes indígenas argumentan, además, que las iniciativas afectan los recursos destinados al sistema de educación multilingüe, pero el gobierno respondió ayer que se están repartiendo mejor los recursos para evitar desvíos de fondos. Los manifestantes reclaman también que el ingreso a las universidades sea libre y no mediante un examen, como es el caso ahora.

A esto se suman otros dos proyectos de ley que el gobierno puso “en suspenso”, en un intento de negociar y reducir las tensiones. Uno aumenta los gravámenes a las herencias y el otro a la especulación con la tierra, y ambos apuntan a aumentar los recursos estatales en un momento en que el precio del petróleo, del que Ecuador es exportador, está en caída.

Además, el líder del movimiento político Creo, Guillermo Laso, de derecha, anunció una movilización en la ciudad de Guayaquil para hoy como “señal de lucha contra un gobierno que conspira contra la democracia y le da un golpe duro a la economía de la familia ecuatoriana”.

En respuesta, organizaciones civiles afines al gobierno anunciaron que hoy van a salir a manifestar su apoyo al Ejecutivo. El diputado oficialista Rodrigo Collahuaso, que además es dirigente de la Coordinadora de Movimientos Sociales, que reúne a unas 100 organizaciones, anunció una marcha que culminará frente a la sede del gobierno, donde los manifestantes permanecerán el tiempo que sea necesario. Otro dirigente, Luis Zimbaña, del grupo Amaru, manifestó: “Estamos en alerta, vigilantes de este proceso y, de hecho, estaremos donde tengamos que estar para defender” al gobierno.

El martes, el presidente boliviano, Evo Morales, que es indígena aymara y también se enfrentó a movilizaciones de pueblos originarios en su país, defendió a su par ecuatoriano. “Yo quiero hacer un llamado a los compañeros indígenas de Ecuador, a los compañeros obreros, que no seamos instrumentos de la derecha”, pidió, y afirmó que esto ocurre “con apoyo internacional”.

Correa agradeció a Morales su apoyo, e insistió en que no es una coincidencia que sean los gobiernos progresistas de América Latina los que enfrenten ese tipo de protestas opositoras. En Guayaquil, el presidente dijo a periodistas: “Ésta es una estrategia internacional. No es casualidad que Nicolás Maduro [presidente de Venezuela], Cristina [Fernández, presidenta argentina] y recientemente Evo [...] estén enfrentando lo mismo”.