Después de 70 años, un canciller estadounidense visitará Cuba. El secretario de Estado, John Kerry, llegará hoy a La Habana para reinaugurar la embajada de su país, que ya comenzó a funcionar, sin ninguna ceremonia oficial, el 20 de julio, después de que las relaciones diplomáticas entre los dos países permanecieran interrumpidas durante 54 años.
Kerry llegará a La Habana acompañado por una delegación, que según la lista que publicaba ayer el diario cubano Granma, incluye a varios diputados y senadores, y a funcionarios del Departamento de Comercio, del Departamento del Tesoro y del Consejo de Seguridad Nacional, entre otros.
En un encuentro con el canciller cubano, Bruno Rodríguez, Kerry tiene previsto “hablar directamente sobre una especie de plan general para una normalización verdadera y plena” de las relaciones bilaterales. Así lo dijo en una entrevista con el diario Miami Herald y CNN. Pese al cambio de política de su país, según citó la agencia de noticias Efe, Kerry afirmó que Estados Unidos continuará “financiando los programas por la democracia” y que la Embajada le brindará a Washington “una oportunidad mejor para defender los derechos humanos” y para “ayudar al pueblo cubano”. También anunció que discutirá con Rodríguez sobre el levantamiento del embargo y “la necesidad de que Cuba tome medidas en relación con varios temas que realmente hagan la diferencia, [como] la posibilidad de que el pueblo pueda participar en un proceso democrático”.
Estas palabras del secretario de Estado pueden disminuir el malestar de buena parte del opositor Partido Republicano, que rechaza el acercamiento entre los dos países, y también de la disidencia cubana, que tanto en Miami como en Cuba está dividida por este cambio de política y le reclama a Washington que le exija transformaciones a La Habana.
En el mismo sentido parece ir el anuncio de que Kerry recibirá a representantes de la oposición en un encuentro privado en la residencia del encargado de negocios, Jeffrey DeLaurentis. A esa reunión están invitados funcionarios “del gobierno cubano, ciudadanos cubanoamericanos, artistas y líderes culturales cubanos, diplomáticos” estadounidenses, además de “empresarios y activistas políticos, de derechos humanos y de los medios de comunicación”, informó Efe citando fuentes estadounidenses. El Departamento de Estado aclaró que se tratará de un encuentro con “un amplio espectro” de invitados de la “sociedad civil”.
Un día antes de la llegada de Kerry, Fidel Castro publicó ayer una de sus “Reflexiones” en el diario Granma. Allí repasa el final de la Segunda Guerra Mundial, señala que por entonces Estados Unidos “pasó a ser el [país] de mayor riqueza y mejor armado de la Tierra”. Asegura que “casi todo el oro del mundo fue a parar a las arcas de Estados Unidos”, pese a lo cual este país “declaró unilateralmente que no haría honor al deber de respaldar la onza Troy con el valor en oro de su papel moneda”. En este contexto, agrega que Estados Unidos “adeuda a Cuba las indemnizaciones equivalentes a daños, que ascienden a cuantiosos millones de dólares” y que así lo denunció su país, “con argumentos y datos irrebatibles, a lo largo de sus intervenciones en Naciones Unidas”.
Desde hace décadas el gobierno cubano y organizaciones civiles oficialistas reclaman que Estados Unidos pague por el perjuicio causado a Cuba con el embargo. Los reclamos de indemnización de las organizaciones civiles llegan a superar los 100.000 millones de dólares. Una de las últimas cifras manejadas por el gobierno cubano es de 3.900 millones de dólares.
En todo caso, el tema no parece estar presente en la agenda de Kerry para hoy, ni tampoco otros reclamos de Cuba, como la devolución del territorio en el que se encuentra la base naval estadounidense de Guantánamo.