Por primera vez desde que Venezuela dispuso el cierre de un tramo de frontera con Colombia, el 19 de agosto, los presidentes Nicolás Maduro y Juan Manuel Santos se encontraron ayer para tratar esta situación que distanció a los dos gobiernos. Después de una reunión que duró varias horas, se anunció un acuerdo que incluye el reintegro inmediato de los embajadores y el regreso progresivo a la normalidad en la frontera.

Maduro y Santos se reunieron en el Palacio de Carondelet, la sede de la presidencia de Ecuador, y contaron con la mediación del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, y el uruguayo Tabaré Vázquez, cuyos países ocupan, respectivamente, la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y de la Unión de Naciones Suramericanas. “Excelente ambiente en el diálogo. Bien por nuestra Patria Grande”, publicó en Twitter el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño.

Su afirmación tenía algo de novedosa, porque desde el cierre de varios pasos fronterizos las relaciones entre Colombia y Venezuela se hicieron cada vez más tensas. El gobierno venezolano acusó a Colombia de descuidar la seguridad en la frontera, y aseguró que desde allí llegaban amenazas para su país, como el paramilitarismo y el contrabando. Además consideró que al no combatir esos fenómenos, Colombia promueve la escasez de productos y la depreciación de la moneda venezolana. A su vez, el gobierno colombiano manifestó que el desabastecimiento y la caída del bolívar son problemas generados por el gobierno de Venezuela y su modelo político, y acusó a la administración de Maduro de violar los derechos de los colombianos que viven en las zonas fronterizas, así como el espacio aéreo del país.

Si bien el tono de los presidentes fue mucho más amable ayer al llegar a Quito, sus declaraciones dejaban claro que participaban en la reunión con distintas prioridades. Maduro había destacado que trataría el tema del narcotráfico en la reunión, y al llegar insistió en la necesidad de “paz” en la frontera. Dijo que llegaba con “propuestas concretas” para un “pacto de convivencia, respeto, igualdad y paz”. Por su parte, Santos ponía el énfasis en “la soberanía” y los derechos de los colombianos en la zona, afectados por el cierre de fronteras y el estado de excepción decretado por Venezuela en 23 municipios.

Anoche, al terminar la reunión, Santos y Maduro volvieron a hacer hincapié en las prioridades que cada uno llevó a Quito, pero se agradecieron mutuamente por su papel en este encuentro, y los cuatro presidentes pudieron anunciar un acuerdo. Según el comunicado que hicieron público, los embajadores de los dos países regresarán de inmediato a sus funciones, mientras que la frontera volverá a la normalidad en forma “progresiva”. Colombia y Venezuela iniciarán una investigación sobre los problemas que afectan a la frontera común, para trabajar en ellos, y con ese objetivo se reunirá un equipo integrado por representantes de los dos gobiernos. En estas tareas seguirán contando con acompañamiento de Ecuador y de Uruguay.