El Senado español debatía ayer la reforma de ley del aborto propuesta por el gobernante Partido Popular (PP), que se preveía que sería aprobada porque el oficialismo tiene mayoría en la cámara alta. Sin embargo, el proyecto que se discutía anoche era bastante distinto al que propuso inicialmente el PP.

Durante la campaña electoral, el partido del presidente Mariano Rajoy se comprometió a cambiar la ley aprobada durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (todavía vigente), que incluye un sistema de plazos para que cualquier mujer interrumpa su embarazo de manera voluntaria antes de cierto período de gestación, y permite que las adolescentes de 16 y 17 años lo hagan, en algunos casos, sin consentimiento paterno. Esto se aplica, por ejemplo, si hay antecedentes de violencia doméstica.

La primera propuesta del PP permitía la interrupción del embarazo sólo para algunos supuestos -como el riesgo de vida de la madre- y la prohibía para las menores de 18 años que no contaran con el permiso de los padres. Esa reforma inicial generó rechazo incluso dentro del PP, que la rectificó a costa de la renuncia del entonces ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, que la había redactado.

Ayer el Senado votaba la segunda redacción de la reforma, en la que estaba previsto mantener el sistema de plazos, pero establecer que las mujeres de 16 y 17 años no podrán abortar sin el aval paterno, sin ningún tipo de excepción. Según la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo, la reforma deja “desprotegidas” a 10% de las cerca de 4.000 menores de 18 años que abortan cada año, que viven situaciones de “desamparo, maltrato o de conflictos familiares” y por eso lo hacen sin el consentimiento de sus padres.