El puntapié inicial lo dio el presidente de la Asamblea General, el danés Mogens Lykketoft, antes del discurso del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que dio el primer mensaje de la jornada. Su discurso se centró en un llamado a la comunidad internacional para detener la guerra en Siria y frenar a grupos jihadistas como Estado Islámico (EI), un tema que estuvo presente en varias disertaciones.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, fue el primero en referirse al conflicto sirio. Reafirmó su condena al régimen de Bashar Al Assad y señaló que para una solución a la crisis siria es necesaria “una transición” con “un nuevo líder y un gobierno inclusivo”. En este sentido, aseguró que Estados Unidos “está preparado para trabajar con todos los países, incluidos Rusia e Irán”, siempre y cuando Al Assad renuncie.

En la misma línea se expresó el presidente francés, François Hollande, que insistió en que no hay solución posible mientras Al Assad esté en el gobierno. “Al Assad es el origen del problema, no puede ser parte de la solución”, dijo Hollande. Criticó los “esfuerzos diplomáticos” de algunos países para incluir al “dictador” en una solución negociada, y dijo que la amenaza de EI no puede ser utilizada como excusa para mantener un régimen que “sigue tirando bombas sobre poblaciones civiles inocentes”.

Por el contrario, el presidente ruso, Vladimir Putin, que habló poco después de Obama, pidió el apoyo de la comunidad internacional para el “gobierno legítimo” de Al Assad en Siria, y dijo que sus fuerzas militares y las milicias kurdas son las únicas “que verdaderamente están luchando contra las organizaciones terroristas en Siria”. A la vez, propuso la creación de una “amplia coalición internacional” para luchar contra el terrorismo.

Putin también se refirió a la crisis ucraniana. Denunció el uso de “sanciones unilaterales” para servir a “intereses políticos” y “eliminar competidores” económicos, haciendo referencia a las medidas impuestas contra Rusia por Estados Unidos y la Unión Europea a raíz de ese conflicto. Según manifestó, lo ocurrido en Ucrania -donde las protestas y la falta de apoyo político desplazaron del gobierno a Viktor Yanukovich en febrero de 2014- fue un “golpe militar” impulsado desde el exterior. Insistió en que la integridad territorial del país “no puede asegurarse con amenazas y la fuerza de las armas”, sino que “se necesita” considerar “los intereses y los derechos de la gente de la región de Donbass [en el este de Ucrania] y respetar su elección”.

Mientras hablaba el mandatario ruso, la delegación ucraniana que estaba presente se levantó de sus asientos y se retiró de la sala. Yuri Sergueyev, embajador ucraniano ante la ONU, informó en su cuenta de Twitter que en el balcón situado frente al presidente “fue desplegada una bandera de Ucrania de Ilovaisk”, en protesta por la supuesta participación de Rusia en la muerte de centenares de soldados ucranianos, a fines de agosto de 2014 en esa ciudad, en combates con independentistas pro rusos.

Sobre Ucrania, y en contraposición a la postura de Moscú, Obama defendió las sanciones impuestas a Rusia tras la anexión de Crimea. Dijo que Estados Unidos no puede permanecer indiferente “cuando la soberanía y la integridad territorial de una nación se violan flagrantemente”.

Anoche Putin y Obama mantenían su primera reunión formal en dos años, y se preveía que las crisis de Siria y de Ucrania fueran dos de los temas de conversación en ese encuentro.

Mientras sigue el bloqueo

A Obama se lo vio optimista acerca de la relación con Cuba. El mandatario garantizó que el Congreso estadounidense terminará “inevitablemente” por levantar el embargo económico y financiero que pesa sobre la isla desde hace más de 50 años, y dijo que está “seguro” de que la normalización de las relaciones iniciada en diciembre “impulsará las reformas y mejorará la vida del pueblo cubano”.

A su vez, Raúl Castro expresó que la normalización de los vínculos con estados se habrá logrado sólo cuando “se ponga fin al bloqueo económico, comercial y financiero” contra su país, se le devuelva a la isla “el territorio ocupado ilegalmente por la Base Naval de Guantánamo, cesen las transmisiones radiales y televisivas y los programas de subversión y desestabilización contra Cuba”, y se “compense” a su pueblo “por los daños humanos y económicos que aún sufre”. Además, dijo que mientras el bloqueo persista, Cuba seguirá presentando un proyecto de resolución ante la Asamblea General de la ONU en el que se pide el fin del bloqueo impuesto por Estados Unidos.

Hola, vecinas

La gobernante que abrió oficialmente el debate en la Asamblea General fue la brasileña Dilma Rousseff. Lejos de centrar su exposición exclusivamente en la realidad de su país, Rousseff volvió a reclamar un Consejo de Seguridad de la ONU más representativo, que amplíe la categoría de miembros permanentes -cuyo núcleo se mantiene igual desde hace 70 años-, así como la de no permanentes. Según expresó la jefa de Estado, los cinco miembros permanentes en el consejo (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido) no representan a las nuevas potencias, como Brasil, y mantienen el derecho a veto que obstaculiza la resolución de algunos conflictos, por lo que consideró que, pese al éxito en otros ámbitos, la ONU “no ha logrado los mismos éxitos en lo que se refiere a la seguridad colectiva”.

“La mayoría de los estados miembros no quiere que esta decisión se aplace para siempre. Esperamos que este período de sesiones que empieza hoy sea un giro en esta trayectoria y que lleve a resultados concretos en este proceso largo sin concluir de reformar la organización”, agregó. Al mismo tema se refirió el presidente de México, Enrique Peña Nieto. “Es inaceptable que se llegue a utilizar el poder de veto con fines exclusivamente nacionales y frenando con ello la acción internacional”, dijo cuando fue su turno de disertar.

A su turno, la presidenta argentina, Cristina Fernández, le agradeció a la Asamblea General de la ONU por aprobar los princi pios que enmarcan la reestructuración de deuda soberana, que calificó como el “primer intento serio de razonabilidad y regulación al sector financiero”, que busca frenar acciones como las que algunos fondos de especulación financiera iniciaron contra Argentina en la Justicia estadounidense. Se refirió a la “complicidad de cierto sector judicial” en el “hostigamiento” que sufrió su país por parte de los llamados fondos buitres, y dijo que las regulaciones aprobadas significan “no una ayuda a la Argentina, sino al resto del mundo”.