Ahora Encinas es un senador independiente. Como tal, integra la comisión bicameral de Seguridad Nacional y eso le permite seguir de cerca varios de los temas que han centrado la atención en la política mexicana de los últimos años. El 22 de enero renunció al izquierdista PRD, del que fue uno de los fundadores, en 1989. Tomó esa decisión luego del escándalo que generó la desaparición de los 43 estudiantes de magisterio, porque “los dirigentes del PRD estaban involucrados” en esos hechos, de los que el sábado se cumple un año y que todavía no fueron esclarecidos. El entonces alcalde de Iguala, José Luis Abarca, que hoy está preso, había sido electo como candidato del PRD.
Antes de convertirse, en 2012, en uno de los senadores más votados, con el apoyo de casi 2,3 millones de mexicanos, Encinas fue diputado federal en tres oportunidades, entre 1985 y 2012. Una primera vez por el Partido Socialista Unificado de México (1985-1988) y, luego de la fundación del PRD, otras dos veces (de 1991 a 1994 y de 2009 a 2012). Llegó al Senado por la Coalición Movimiento Progresista, que estuvo liderada por el ex líder del PRD y candidato a presidente Andrés López Obrador, e integrada también por el Partido del Trabajo (PT) y el partido Movimiento Ciudadano. Encinas fue además jefe de gobierno de la Ciudad de México de agosto a diciembre de 2005, designado para sustituir a López Obrador cuando éste renunció al cargo para ser candidato a la presidencia mexicana. Hoy el senador hace un balance muy negativo de la situación de su país y del partido al que renunció. Sin embargo, apuesta a que de esta situación surja un cambio.
¿Cuáles fueron los motivos de su renuncia al PRD en enero?
-Fundamentalmente fue por la falta de acciones, de toma de decisiones, respecto del deslinde de responsabilidades de dirigentes y militantes del PRD en los hechos en los que hubo seis ejecutados extrajudiciales y fueron desaparecidos forzosamente 43 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa. Ahí, las preguntas fundamentales son: ¿cómo fue que el señor Abarca llegó a ser candidato del PRD y posteriormente presidente del municipio de Iguala?; ¿quiénes fueron los dirigentes que estuvieron promoviendo su candidatura y su registro?; ¿cuánto dinero recibieron de Abarca antes de la campaña y durante su gobierno? Incluso se llegó al extremo de no haber perseguido el homicidio de por lo menos tres militantes del PRD por el propio presidente municipal [antes de la desaparición de los estudiantes]. En particular, Arturo Hernández Cardona, el dirigente social más importante del PRD en Iguala, que fue asesinado personalmente por Abarca. Ahorita éste es el único cargo por el que está detenido. No está detenido por la desaparición forzada de los 43 estudiantes ni por las ejecuciones extrajudiciales; está detenido hoy por el asesinato de Cardona, y el gobierno del Estado y la dirección nacional del PRD guardaron silencio a pesar de que muchos reclamamos que se hiciera una investigación a fondo.
¿Por qué Abarca no está detenido por la desaparición de los estudiantes? ¿No está establecido que dio la orden de reprimirlos?
-Si nosotros miramos el expediente actualmente, vemos que hay detenciones, fundamentalmente de policías municipales de Iguala y de Cocula [el municipio donde según las autoridades fueron quemados los cuerpos de los estudiantes], a quienes se les imputa la fechoría material de esa desaparición forzada y de las ejecuciones.
¿La Procuraduría General de la República [PGR, la fiscalía mexicana] estima que no tiene pruebas suficientes sobre la implicación de Abarca?
-Eso es lo que tiene que explicar la PGR, porque evidencias existen. Para empezar, él ejercía el mando de la Policía Municipal dando órdenes en el preciso momento en que sucedieron los hechos. Incluso si se analiza el manejo de los recursos del gobierno y sus recursos propios, hay evidencias de que hubo un crecimiento de esos fondos proveniente de actividades delictivas; son recursos ilícitos. Ya es suficiente para atribuirle responsabilidad y vincularlo con los grupos delictivos que operan en Iguala y Tierra Caliente [región de Guerrero en la que se encuentra Iguala]. Además, el PRD le dio el aval al gobernador [Ángel Aguirre] para seguir en el gobierno [finalmente renunció por las protestas en su contra] cuando es evidente que tenía responsabilidades. No sólo es responsable por omisión o negligencia criminal, sino que todo el tiempo estuvo informado, desde la salida de los muchachos de Chilpancingo rumbo a Iguala, hasta cada uno de los ataques de los que fueron objeto, y su traslado, posteriormente, por la Policía Municipal. Un partido de izquierda como el PRD, que surgió de la lucha contra la represión, por el respeto de los derechos humanos, la libertad de las luchas políticas, no puede pasar de ser un partido víctima a ser un partido victimario. Por eso renuncié al PRD.
Usted dijo que hay evidencias de que el gobernador estaba recibiendo información de lo que ocurría en Iguala. ¿Cómo lo sabe?
-El informe que acaba de presentar el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos [CIDH] ha demostrado que el centro de comunicaciones del estado de Guerrero mantenía informado -desde la salida de los muchachos- al gobierno del Estado, al procurador de Justicia, al secretario de Seguridad Pública [estadual], al Ejército mexicano, a la Armada de México, a la Policía Federal Preventiva, a la Secretaría de Gobernación [equivalente a Ministerio del Interior], a la PGR. Más aun, el Ejército contaba con información de inteligencia militar y fue testigo de las agresiones en flagrancia, y no intervino en ningún momento. Hay evidencias de que estuvieron en el hospital, tomaron fotografías de muchos de los muchachos, estuvieron presentes al momento de las agresiones. Esto implica, primero, que la autoridad mintió acerca de que no se conocía la presencia de muchachos en Iguala. Después alteró información al ocultar, por ejemplo, de acuerdo con este informe, que un quinto ómnibus logró salir [sin los estudiantes] de Iguala, escoltado por la Policía Federal Preventiva, hasta la caseta de una autopista. Y ahora se dice que presumiblemente ese ómnibus trasladaba droga. Lo más grave que ha mostrado este informe es que no se incineraron los cuerpos de los muchachos en el relleno sanitario [el basurero municipal] de Cocula, como pretendió la “verdad histórica” que reivindicó la autoridad. Esto implica que si uno de los restos corresponde a uno de los muchachos desaparecidos, según las pruebas de ADN que se hicieron en los laboratorios de Innsbruck, en Austria, se sembraron pruebas y se fabricaron hechos. A su vez, esto entabla responsabilidades de todas las personas que intervinieron en la investigación e implica que hubo encubrimiento de las propias autoridades.
¿Qué opina del anuncio sobre la identificación de un segundo estudiante? ¿Le da crédito?
-Desafortunadamente la falta de una investigación seria sobre el caso de los 43 desaparecidos, la manipulación y el ocultamiento de información y pruebas realizada por la PGR, encabezada entonces por Jesús Murillo Karam, no hacen posible dar credibilidad a la identificación de otro estudiante, cuyas cenizas aparecieron en el basurero de Cocula, cuando ya la autoridad había declarado que no era posible determinar si había indicios de que los estudiantes hubieran sido incinerados en ese lugar. No obstante, el informe presentado por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la CIDH reveló que en Cocula no se había cremado a ningún estudiante.
Ese informe se dio a conocer ahora, a principios de setiembre, pero cuando usted renunció no se había publicado. ¿Accedió a esa información en parte por ser miembro de la comisión bicameral de Seguridad Nacional?
-No solamente tenía información de esta naturaleza, sino que yo estuve realizando investigaciones y tuve apoyos técnicos importantes. Desde noviembre hice nueve preguntas a la PGR y tres al PRD. Una de las nueve que entregué a la procuraduría se basaba en estudios de especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México, que demostraban que era imposible haber incinerado 43 cadáveres en un terreno a cielo abierto. En todo caso, eso hubiera provocado una gran columna de humo.
Es lo mismo que dijeron ahora los expertos de la CIDH.
-Sí. Porque además yo demostré que había llovido ese día y que la lluvia no había parado hasta las 7.00 del día siguiente; eso en base a fotografías satelitales de la Comisión Nacional del Agua. Yo estuve señalando esas inconsistencias en la investigación.
¿Por qué cree que la PGR y las autoridades mintieron? ¿Cuál sería su interés?
-Yo estoy convencido de que hubo encubrimiento porque hay colusión de intereses que involucran todos los órganos de gobierno. El nivel de penetración y de descomposición política de las instituciones públicas en nuestro país, de sus vínculos con la delincuencia organizada, es mayúsculo. Evidentemente allí hubo colusión de intereses para ocultar responsabilidades, primero del gobernador del estado, Ángel Aguirre, pero también del Ejército, de la Marina y del gobierno federal.
Y la PGR.
-Sí, es parte del gobierno federal.
Usted se fue del partido poco después de Cárdenas. ¿Comparten los mismos motivos, son parte de un mismo movimiento de descontento hacia el PRD?
-Sí. A raíz de esta crisis el señor Cárdenas y yo estamos trabajando en la conformación de un nuevo movimiento, que se llama Por México Hoy y que daremos a conocer el 3 de octubre.
¿Cómo evalúa el estado actual del PRD?
-El PRD ha recibido un muy fuerte revés electoral [en las últimas elecciones legislativas y locales de junio]. Cayó su votación y obtuvo la más pequeña bancada [de diputados] de su historia, a lo que se suma una pérdida de credibilidad entre los ciudadanos. Lamentablemente, el debilitamiento del PRD junto con la fragmentación de la izquierda le ha dado la posibilidad a la derecha, al Partido Revolucionario Institucional [PRI, el del presidente Enrique Peña Nieto] y al Partido de Acción Nacional, de consolidar un polo conservador que ha llevado a reformas constitucionales regresivas en materia de derechos sociales -como es el tema laboral, el tema educativo- y a la privatización del petróleo. Al mismo tiempo, constituyen una mayoría que apenas representa a 19% de los votantes inscriptos en el padrón electoral. Yo creo que tenemos una crisis de legitimidad, no sólo de los órganos de representación, sino de todas las instituciones públicas en el país, empezando por el sistema de partidos. Los partidos políticos no representan ya el interés de los mexicanos, y se necesita un cambio de fondo.
Lo que usted está diciendo es que, si se mira el resultado de las elecciones, la crisis que desencadenó la desaparición de los estudiantes terminó siendo favorable al PRI.
-Sin lugar a dudas. Primero hay una fragmentación de la izquierda. La constitución de Morena [Movimiento Regeneración Nacional] como partido político de López Obrador divide a la izquierda. Después de tres décadas de unificación, hay una ruptura orgánica. Eso tiene como consecuencia no sólo que compitamos entre nosotros mismos, sino que partidos como el Partido del Trabajo [PT] pierdan su registro y se debilite la posición de izquierda en este proceso de confrontación. Aparte de la división, también hay un gran descrédito y una pérdida de hegemonía del PRD al firmar el pacto por México con Peña Nieto el primer día de su mandato. La dirección nacional del PRD se entregó al Ejecutivo federal y perdió autonomía política, a lo que posteriormente se sumaron los hechos de Iguala. Es una cadena de errores y de equívocos que hacen que no sólo haya un desdibujamiento ideológico y político del PRD, que no sólo haya pérdida de hegemonía, sino que también haya una ruptura con el electorado que durante más de dos décadas ha votado por la izquierda, aunque no sea por el PRD.
¿Al crear su propia fuerza política no teme seguir contribuyendo al fraccionamiento de la izquierda?
-Nosotros no vamos a formar un partido político, vamos a formar un frente político y social. Buscamos articular todos los movimientos sociales en defensa de la tierra, de los recursos naturales, el gran archipiélago de indignación en el que se ha convertido el país y que hoy no recibe atención por parte de los partidos políticos. Esperamos que éste sea un frente que obligue a los partidos a un acuerdo unitario de cara a las elecciones presidenciales de 2018. No se trata de dividir -al contrario-, se trata de alentar un reencuentro de la izquierda y de las fuerzas progresistas con quien sea posible. Porque también es inimaginable que vayan a presentarse escenarios como los de 2006 o 2012, cuando todos nos presentamos a las elecciones en una sola coalición electoral.
Usted fue cercano a López Obrador. ¿Por qué no es una opción sumarse a Morena?
-Porque yo no estuve de acuerdo en la conformación de Morena como partido político. Morena era un movimiento social que trabajaba mucho más allá de las fronteras de los partidos y cuyo liderazgo atraía a muchos sectores de la sociedad. Cuando se dio la discusión yo me opuse y ofrecí que Morena se mantuviera como un movimiento y, en todo caso, si se buscaba crear un nuevo partido político, tenía que fusionar al PRD, al PT y al Movimiento Ciudadano. Pero Andrés [López Obrador] tuvo resistencias, en particular con el PRD, y yo insistí en que en todo caso fuera una alianza entre Morena, el PT y el Movimiento Ciudadano. Pero él quiso un partido totalmente nuevo. Entonces ese gran movimiento hoy se encuentra fragmentado y Andrés dirige una parte, que no es nada menospreciable pero que no es suficiente para que compitamos por la presidencia. Lo debatí públicamente, y aunque me han invitado incluso a dirigir el PRD, creo que lo que hace falta hoy es unificar un amplio espectro de las izquierdas y las fuerzas progresistas. El nuevo frente va en el sentido de lograr una nueva articulación en la lucha territorial con distintas organizaciones, y que se traduzca en una disputa por el poder político, a lo que renuncia el PRD.
¿Usted está pensando en ser candidato a presidente?
-Ya veremos más adelante. Todo el mundo quiere ser. Yo creo que debe ser candidato a la presidencia aquel que tenga la capacidad de unificar el espectro más amplio de las izquierdas, no necesariamente el candidato que tenga mayor intención de voto, porque solo no le alcanza.
Usted denuncia el ocultamiento de un video sobre la fuga del Chapo Guzmán. ¿Podría explicar el caso?
-Esa declaración la he hecho como secretario de la comisión bicameral de Seguridad Nacional del Congreso mexicano. El video muestra la red de complicidades que tejió el narcotraficante para evadirse de la condena y de la solicitud de extradición que realizó el gobierno estadounidense, a través de un túnel de 1,5 kilómetros, el 11 de julio. Este video es determinante para identificar el nivel de complicidades en la fuga del Chapo, aunque si bien ya se ha consignado a los responsables de monitorear al reo [fueron detenidos e investigados], esto es insuficiente, porque el solo hecho de que se haya registrado el sonido de un rototaladro implica la complicidad de varios niveles. Estarían implicadas personas del propio penal Altiplano I, del Sistema Penitenciario, del Centro de Investigación y Seguridad Nacional [Cisen] y de la Comisión Nacional de Seguridad, pues evidentemente fueron las complicidades las que permitieron la fuga. La comisión bicameral de Seguridad Nacional tuvo conocimiento de la existencia de otro video, distinto del que dieron a conocer las autoridades a la opinión pública, cuando días después de la fuga un grupo de legisladores visitamos el reclusorio. En el penal, los miembros de la comisión visitamos el centro de videovigilancia, pero nunca se nos informó que había un módulo alterno de vigilancia del Cisen y tampoco nos enteraron de que había un centro espejo en la Comisión Nacional de Seguridad. El 7 de agosto solicité al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, que me proporcionara una copia, y 15 días después recibí una respuesta verbal del subsecretario de Gobernación, Felipe Solís Acero, en la que me dijo que no era posible que me entregaran copia del video porque formaba parte de la averiguación previa, respuesta que esperaba pero que también significa que el video existe. La importancia de este video, repito, radica en conocer todos los movimientos de la fuga del narcotraficante, pero en particular el nivel de compenetración y penetración de la delincuencia organizada en todos los órdenes del Sistema Penitenciario, incluso en todos los órganos de seguridad nacional del Estado mexicano.
¿Por qué cree que Peña Nieto sigue siendo presidente, a pesar de Iguala, de las acusaciones de corrupción, del asesinato de un reportero gráfico, una activista y otras tres mujeres, de la fuga del Chapo Guzmán? Todos estos casos generaron indignación no sólo en México, sino más allá de las fronteras; sin embargo, su permanencia en el cargo no parece estar en cuestión.
-Es tal el nivel de desigualdad y de pobreza en el país que el gobierno de la República se sustenta en la manipulación de la pobreza. Hoy las elecciones se definen en función del dinero, y mucho de este dinero es de procedencia ilícita. Sin embargo, la crisis que vive este gobierno es la mayor de la historia, no solamente por el profundo descrédito de todas las instituciones públicas, incluidos los partidos políticos. Peña Nieto tiene la calificación más baja de la historia desde que se levantan encuestas. Como te decía, si bien entre el PRI, el [Partido] Verde y Nueva Alianza suman 60% de los votos, apenas representan a 19% de los electores. Hay una crisis de representación y de legitimidad que se va a profundizar y que es una bomba de tiempo. Va a llegar el momento en que explote.
¿Cree que Guatemala, donde la presión ejercida por la movilización ciudadana desembocó en el procesamiento del presidente Otto Pérez Molina y en su renuncia, puede ser un ejemplo para los mexicanos?
-Ojalá Guatemala fuera un referente. Porque aquí los actos de corrupción quedan en la impunidad. Es tal el nivel de cinismo del presidente Peña Nieto que los dueños de las empresas que le regalaron la “casa blanca” [una mansión cuya compra fue cuestionada por sospechas de corrupción] estaban sentados en primera fila el día que dio su mensaje político con motivo del tercer informe de su gobierno [al Parlamento], el 2 de setiembre. Es un mensaje de “Sí, ¿y qué? No me importa”.