El Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC) presentó el lunes su manifiesto -una especie de resumen de programa de gobierno- para las elecciones que se realizarán el 27 de setiembre en Cataluña, que tendrán un valor de referéndum sobre la independencia, con dos bandos claramente alineados a favor y en contra. El PSC (asociado al Partido Socialista Obrero Español, PSOE) encontró la manera de, nuevamente, ponerse en el punto medio en este tema. En la presentación del manifiesto, el líder del PSC, Miquel Iceta, abogó por una reforma constitucional que reconozca a Cataluña como una nación, aunque sin otorgarle la independencia o un trato preferencial. Propuso hacerlo de una manera que tome como referencia la Declaración de Granada, un documento aprobado durante el gobierno del PSOE, que incluía algunos puntos del Estatuto de Autonomía de Cataluña, y que en gran parte fue invalidado por el Tribunal Constitucional español.

En ese texto se reconocen los “derechos históricos del pueblo catalán”, la “posición singular” de los catalanes y “las especificidades del derecho civil” atribuidas a Cataluña y otras comunidades como el País Vasco. “Todos estos hechos diferenciales [...] deberían ser objeto de un título específico que recogiera las facultades derivadas de este reconocimiento”, dice la Declaración de Granada, que en su momento fue acordada entre el PSOE, el PSC y el gobierno catalán.

En el mismo sentido se había manifestado, hace un par de semanas, el presidente del PSC y alcalde de Lleida, Ángel Ros, que en entrevista con el diario madrileño El País reclamó un trato fiscal preferencial para Cataluña, y dijo que para su partido “es una nación y así se debe reconocer”, aunque “debe estar integrada de forma justa y con respeto dentro de España”.

Sin embargo, mientras Iceta y Ros piden que se reconozca a Cataluña como nación, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el portavoz del PSOE en Diputados, Antonio Hernando, aseguran que el PSOE no la reconocerá como tal. En un discurso brindado en un acto electoral el domingo, Sánchez pidió una reforma constitucional que se base también en la Declaración de Granada y que considere la “singularidad” catalana, pero que no la reconozca como nación. En el mismo sentido, Hernando dijo ayer que es necesaria una reforma constitucional que “acoja, respete y garantice” las “singularidades” de Cataluña, pero sin meterse en “la discusión nominalista sobre el término 'nación'”.

Como para zanjar la discusión entre el PSC y el PSOE, ayer Iceta dijo al diario El Mundo: “Lo verdaderamente importante no es si Cataluña es una nación o si el PSOE lo reconoce o no; lo importante ahora es si [el jefe de Gobierno catalán] Artur Mas declarará la independencia de Cataluña al día siguiente de las elecciones”.

El partido y su socio catalán pactaron que en la campaña para las elecciones del 27 de setiembre (que comenzará el viernes -en la Diada, la fecha nacional catalana-) habrá una participación muy activa de los líderes nacionales del PSOE para fortalecer al PSC, que según las encuestas saldrá de los comicios como la cuarta fuerza política de Cataluña.