La Policía turca confiscó los ejemplares de la edición del semanario Nokta (“Punto”, en turco) que debía salir ayer a las calles. Allanó la redacción del periódico y detuvo a su director, Murat Çapan. Esto se debió a la tapa que pensaba sacar la revista, que es conocida por sus portadas escandalosas desde los años 80. Nokta estuvo cerrada desde 2007 hasta hace seis meses, debido a una serie de notas sobre intenciones golpistas de los militares que generaron controversia.

La Justicia turca acusa al semanario de “insultos al presidente” y “propaganda terrorista” por su intento de publicar un fotomontaje en el que se ve al mandatario, Recep Tayyip Erdogan, sacándose una selfie mientras pasa detrás de él el ataúd de un soldado muerto, supuestamente a causa de los combates del Ejército contra la guerrilla kurda del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

La imagen alude a un discurso de Erdogan que dijo en agosto que las familias de los soldados turcos caídos son “felices”, según la agencia de noticias Efe. También alude a que la oposición acusa al jefe de Estado de hacer campaña para las elecciones del 1º de noviembre con los combates contra los kurdos. Además, se inspira en otra portada, publicada por el diario británico The Guardian, en 2013, en la que se veía a Tony Blair sacándose una selfie con una explosión de la guerra de Irak como telón de fondo, explicó la revista en Twitter.

“Nuestra tapa que generó el allanamiento puede considerarse dura, perturbadora e incluso cruel [...] pero para un medio no son crímenes, sólo es una forma de expresión”, agregó en su página de internet.

La Policía fue de madrugada a la sede de Nokta en Estambul, impidió la distribución de los ejemplares y confiscó los que ya se habían enviado a los centros de distribución. Lo hizo después de que la Fiscalía ordenara confiscar la edición por “insultos al presidente turco” y “propaganda terrorista”, según publicó en Twitter el jefe de la redacción, Cevheri Güven.

A primera hora de la mañana, la Policía antiterrorista regresó y detuvo a Çapan. En el correr del día, la tapa de Nokta, que es la revista turca más vendida, se hizo viral en las redes sociales.

En los últimos meses se hizo costumbre que los periodistas turcos sean acusados de “insultar” al presidente. En lo que va de setiembre, tres periodistas -dos británicos y una holandesa- que cubrían los combates entre el Ejército turco y el PKK fueron expulsados del país. “Criticar a Erdogan se convirtió en el crimen más grave de Turquía”, dijo el lunes el diputado opositor socialdemócrata Engin Altay.