En abril el candidato de Cambiemos, Mauricio Macri, dio una entrevista al diario La Nación.

“¿Qué va a cambiar en la política exterior en caso de ganar?”, le preguntó el periodista Andrés Oppenheimer, desde Estados Unidos.

“Yo diría que todo. El eje de este gobierno ha sido solamente tener una relación estrecha con Venezuela y nosotros creemos que el eje de nuestra política exterior es el mundo entero”.

Diego Guelar es el secretario de relaciones internacionales del partido de Macri, Propuesta Republicana (Pro). Militó en Montoneros, y durante los años 90 fue embajador en Estados Unidos, Brasil y la Unión Europea. Coincide en que -en caso de ganar- habría “convergencia” con la Alianza del Pacífico, a la que catalogó de “innovadora e inteligente”. Para ellos, Argentina debe “moverse” hacia una zona de libre comercio sudamericana.

Las simpatías del actual jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se orientan a la mayoría de las oposiciones regionales. Macri se ha pronunciado a favor del derrotado Aécio Neves en Brasil, es amigo personal del ex presidente chileno y hoy opositor Sebastián Piñera, y se reunió, a fines del año pasado, con Álvaro Uribe.

Su rival Sergio Massa también tuvo un encuentro con Uribe. “Son experiencias que tenemos que tomar. Es importante aprender de aquellos que le ganaron al narcotráfico”, dijo. En plena campaña electoral uruguaya, Massa cruzó el charco para juntarse con el candidato blanco Luis Alberto Lacalle Pou y dijo: “Tenemos que contribuir a restablecer el vínculo entre los dos países y apostar a la renovación generacional en la política. Los dos apostamos a estados modernos e integrados regionalmente”. El candidato de UNA también fue a San Pablo, donde se reunió con empresarios y con el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña, que perdió el balotaje con Dilma Rousseff.

En relación con Venezuela, el Pro y el Frente Renovador de Massa tienen también una posición común. Los asesores de Macri coinciden en romper con Nicolás Maduro como un punto innegociable, y en 2013 Massa tuvo un acercamiento con el candidato de la Mesa de Unidad Democrática, Henrique Capriles. El opositor venezolano lo había felicitado públicamente por su triunfo en las elecciones legislativas de 2013.

Tal vez el principal punto que los diferencia sea la relación con la embajada estadounidense; no porque el macrismo no tire puentes en esa línea, sino porque el massismo eligió jactarse de ella. Después del escándalo de Wikileaks, que dio a conocer los cables en los que Massa defenestraba a Néstor Kirchner, se lo acusó de “informante privilegiado” de la embajada. Pero su guerra discursiva contra los narcotraficantes y su gira por Nueva York y Washington en 2014 siguieron adelante.