Entre las muchas actividades que incluyó su agenda en Estados Unidos, el papa Francisco se reunió con víctimas de abusos cometidos por integrantes de la iglesia católica. “Dios llora” por las víctimas, dijo después de ese encuentro, y aseguró que todos los responsables “rendirán cuentas”. Agregó: “Los crímenes, los pecados de los abusos sexuales a menores, no pueden ser mantenidos en secreto durante más tiempo”.
También dijo que “lamenta profundamente” que se hayan cometido esos abusos, y que los “supervivientes” se convirtieron “en verdaderos heraldos de esperanza y ministros de misericordia”, por lo que la iglesia les debe “a cada uno de ellos y sus familias” su “gratitud”.
Más tarde en la jornada del sábado, en su discurso en la Fiesta de las Familias en Filadelfia, el papa se refirió a la necesidad de que las sociedades “sanas” le den un “espacio concreto a la vida familiar”. Son necesarias leyes que generen “las condiciones mínimas y necesarias para que las familias, especialmente las que están comenzando, puedan desarrollarse”, dijo.
En el marco de su gira, que terminó ayer, el papa aseguró que el futuro de la iglesia “reclama ya desde ahora una participación de los laicos mucho más activa”. En Estados Unidos, donde 20% de la población es católica, casi la mitad de las iglesias no tienen un sacerdote a cargo, sino a católicos de la comunidad o incluso a personas laicas, informó el diario español El Mundo. En este contexto, el papa también dijo que “uno de los grandes desafíos de la iglesia en este momento es fomentar en todos los fieles el sentido de la responsabilidad personal en la misión de la iglesia y capacitarlos para que puedan cumplir con tal responsabilidad como discípulos misioneros”.