“Santos y la canciller [María Ángela Holguín] nos hablaban de su exitosa política internacional; hoy, los ‘mejores amigos’ de Santos nos derrotaron en la OEA. La política internacional de Colombia es un fracaso”, dijo ayer el ex presidente colombiano Álvaro Uribe, senador y líder del partido opositor Centro Democrático.

La crisis que atraviesan las relaciones entre Colombia y Venezuela están empezando a impactar en la política interna colombiana, en la que opositores y aliados critican a Santos por no mostrar “firmeza” ante Maduro. El presidente de Venezuela ordenó el cierre de un tramo de la frontera entre ambos países con el argumento de que así protegía a su país del contrabando y el paramilitarismo.

Las críticas a Santos se multiplicaron a partir del lunes de noche, cuando Colombia no consiguió que el Consejo Permanente de la OEA convocara de forma urgente una reunión de cancilleres para tratar esta situación. La propuesta recibió el apoyo de 18 de los 34 miembros de la OEA (entre ellos Uruguay, Chile y Estados Unidos), otros 11 se abstuvieron y sólo cinco (Venezuela, Haití, Ecuador, Bolivia y Nicaragua) votaron en contra.

Uno de los países que se abstuvieron fue Panamá, un voto con el que Colombia contaba, pero que a último momento cambió de postura. “Hubo países que inexplicablemente” cambiaron su voto, dijo el embajador de Colombia ante la OEA, Andrés González. También afirmó que él seguirá intentando que el organismo regional se involucre en esta situación.

Tras el encuentro, el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, volvió a ofrecer a su país como mediador para evitar “una crisis humanitaria” en el tramo de frontera que fue cerrado. Varela dijo que habló con Maduro y que él se mostró “de acuerdo” con la idea de que los tres mandatarios se reunieran. Ayer se desconocía si Santos había respondido a esta propuesta.

Lo sucedido en la OEA fue un golpe duro para el gobierno colombiano: “Me siento sola, acá se violan los derechos humanos y nada pasa”, dijo Holguín en una entrevista con la radio Caracol. “Si esta región no se da cuenta de lo que está pasando, entonces sí es más complejo”, agregó, y dijo que si la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) no convoca a una reunión de cancilleres esta semana, ella no asistirá. Estaba previsto que este encuentro se realizara mañana, pero fue aplazado sin nueva fecha. Holguín agregó que conversará con representantes de distintos organismos de Naciones Unidas que están visitando la zona colombiana afectada por el bloqueo fronterizo antes de definir si el país debe recurrir a ese ámbito internacional.

Los dos partidos tradicionales de Colombia, el Liberal y el Conservador, que suelen alinearse con el gobierno en el Parlamento, pidieron ayer la ruptura de las relaciones con Venezuela. El diputado David Barguil, líder de los conservadores, dijo que lo sucedido en la OEA “fue una derrota para la política exterior de Colombia” y que ahora “hay que evaluar” si romper relaciones con Caracas. Por su parte, el codirector de los liberales, el senador Horacio Serpa, dijo que además del llamado a consultas al embajador, dispuesto la semana pasada (medida que también tomó Venezuela), es necesario “avanzar y romper relaciones diplomáticas”.

Por su parte, la senadora del Partido Verde Claudia López dijo que hay que “mantener los canales bilaterales” pero a su vez “denunciar” ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos las “deportaciones ilegales” de ciudadanos colombianos.

Mientras que en Colombia políticos opositores y oficialistas disparan contra Santos, el presidente venezolano está de viaje por China y Vietnam.