“La embarramos totalmente”, dijo ayer el director ejecutivo de Volkswagen en Estados Unidos, Michael Horn, después de admitir en conferencia de prensa que la empresa fue “deshonesta” con la Agencia de Protección Medioambiental de ese país (EPA, por sus iniciales en inglés). El viernes esa agencia y el estado de California acusaron a la empresa alemana Volkswagen de falsear los datos sobre las emisiones contaminantes de algunos de sus modelos y ordenaron la revisión de casi medio millón de automóviles.
Volkswagen instaló en sus autos un software para alterar los datos de las emisiones de tal manera que se mantuvieran dentro de los topes dispuestos por las normas federales y estaduales de Estados Unidos. Las emisiones reales son 40 veces superiores.
Ayer la empresa reconoció que su fraude implica a 11 millones de vehículos vendidos en todo el mundo, no sólo el medio millón que se vendió en Estados Unidos. Desde el domingo varios países anunciaron que investigarán a los autos de Volkswagen, entre ellos su país de origen, Alemania, a la vez que se multiplicaron las investigaciones iniciadas en Estados Unidos sobre el caso. También la Organización de Consumidores Europeos pidió a la Comisión Europea que se encargue una investigación independiente para verificar que los datos de las emisiones sean correctos.
El presidente de Volkswagen, Martin Winterkorn -que según los medios alemanes será despedido el viernes-, pidió disculpas por “las irregularidades”, pero eso no evitó que la empresa líder mundial en venta de automóviles perdiera en dos días 25.000 millones de euros de su cotización en bolsa, 35% del total. Las pérdidas no son sólo económicas: Volkswagen es la empresa insignia de Alemania, y se teme que este escándalo impacte en toda la industria automovilística del mundo (las acciones de otras compañías como Peugeot y Fiat también cayeron ayer) y la alemana en particular. El sector automovilístico factura 250.000 millones de euros anuales en Alemania, y es en parte por eso que el gobierno de Angela Merkel le exigió a la empresa “transparencia total”.
Volkswagen anunció que reservará 6.500 millones de euros para ayudar a cubrir los costos generados por el escándalo, pero según EPA la empresa podría ser castigada con una multa de hasta 16.000 millones de euros sólo en Estados Unidos por las causas civiles, sin sumar las multas que podrían resultar de las investigaciones en los estados, o fuera de ese país.