Los guatemaltecos debían elegir ayer un nuevo presidente, después de que el último que fue electo, Otto Pérez Molina, renunció y fue detenido la semana pasada, acusado de corrupción. Si bien las autoridades electorales consideraron que la elección se desarrolló sin mayores problemas, el Instituto Centroamericano de Estudios para la Democracia denunció ayer “deficiencias” en el control electoral de las elecciones por parte del Tribunal Supremo Electoral, y se refirió a actos de propaganda y compra de votos.
Las elecciones mantuvieron la fecha que había sido fijada pese a que existían llamados a que se pospusieran para poder reformar un sistema electoral y de partidos políticos que la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) evaluó como corrupto y financiado por el narcotráfico. La CICIG es un organismo regido por la Organización de las Naciones Unidas que denunció, junto a la Fiscalía guatemalteca, el caso de corrupción por el que Pérez Molina renunció, luego de que el Parlamento le retirara sus fueros y en medio de una fuerte presión popular.
La ex primera dama de Guatemala, Sandra Torres, candidata presidencial por el partido socialdemócrata Unidad Nacional de la Esperanza, se manifestó ayer confiada en que pasará a la segunda vuelta electoral que sería necesaria según las encuestas, aunque éstas le atribuyen el tercer puesto.
Entre los otros 13 aspirantes a la presidencia, los dos favoritos eran el actor humorístico Jimmy Morales, del Frente de Convergencia Nacional, y el ex diputado Manuel Baldizón, de Libertad Democrática Renovada. Los dos han sido objeto de fuertes críticas. Morales cuenta con el apoyo de militares de línea dura, aunque se presenta como un outsider de la política, y sobre Baldizón y su partido pesan numerosas acusaciones de corrupción. Finalmente Morales fue el candidato más votado y todo indica que se medirá en el balotaje ante Baldizón.
En este marco, quienes participaron en el movimiento popular que desembocó en la salida de Pérez Molina abogaban por concentrarse en el voto legislativo, para lograr un Parlamento menos corrupto, que pueda reformar el sistema, y por eso no se descartaban sorpresas en el resultado, que se esperaba para la madrugada de hoy.