La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas aprobó ayer, con 136 votos a favor, seis en contra y 41 abstenciones, los principios básicos recomendados para la reestructuración de la deuda soberana de los estados, una resolución impulsada por el gobierno argentino para evitar los abusos de los fondos especulativos, también llamados “fondos buitres”.

La iniciativa establece que, como ya ocurre en las reestructuraciones de deuda entre privados, si una mayoría de los acreedores acepta el arreglo propuesto por un gobierno, el resto debe acatar esa decisión.

Además, impide que se pueda ir contra esas decisiones en tribunales extranjeros, como está ocurriendo en Nueva York, donde los fondos buitres denunciaron al Estado argentino porque se oponen a una reestructuración de la deuda y quieren un pago mayor que el acordado con otros acreedores. “Es un paso fundamental contra los ataques de los fondos buitres, como los que hoy sufre la Argentina y como lo pueden sufrir otros países”, dijo el ministro argentino de Economía, Axel Kicillof.